El melón de las nóminas de los diputados, abierto en secreto en numerosas ocasiones por los partidos políticos, ha vuelto a cerrarse en falso después de que, tal como desveló ayer este diario, Podemos se haya negado a respaldar una reforma retributiva que el resto de partidos exigía se aprobara por unanimidad. Todos los grupos son conscientes de que la batalla está perdida ante una opinión pública que mayoritariamente sigue viendo a los diputados como privilegiados. La negativa de Podemos a firmar un acuerdo (el síndic Antonio Montiel participó de las conversaciones del pasado mes de junio, aunque acabó descolgándose del pacto) ha llevado al resto de grupos y a la Presidencia de las Corts que dirige Enric Morera a desistir y, al menos de momento, dejar las nóminas con todos sus conceptos retributivos tal como las encontraron la pasada legislatura.

La propuesta abortada por los podemistas antes de verano incluía, tal como informó Levante-EMV, un acuerdo pasa sacar del reglamento la limitación de 5.000 euros al año en dietas para los diputados con dedicación exclusiva. Pero el polémico asunto no fue el único abordado en unas reuniones que buscaban también dar solución a las problemas jurídicos de la nómina. Los propios letrados de la institución consideran que podrían existir un caso de doble retribución ya que, de un lado, los diputados cobran la indemnización por el ejercicio de la función (el conocido como el plus de distancia) y, de otro, el kilometraje a razón de 0,32 euros el kilómetro por las asistencias a plenos y comisiones.

Hay, además, un problema con Hacienda, ya que los diputados cobran dietas por las que, en teoría, no deberían de tributar. Los servicios económicos de las Corts han calculado que la institución podría ahorrarse cerca de 15.000 euros al mes con una regularización.

Desde el cambio de legislatura y con los grupos de izquierda siendo mayoría en la Cámara se han puesto encima de la mesa varias propuestas. La primera, elaborada hace un año, contemplaba un incremento del plus de distancia de hasta un 50% a cambio de dejar de cobrar el kilometraje. La pega era que no incentivaba a los diputados ir a las Corts. La propuesta de junio buscaba lo contrario: una cantidad fija por asistencia a comisiones, de tal manera que ganara más quien más trabajaba. Eso sí, siempre había una premisa: que ningún parlamentario perdiera dinero.

Con el carpetazo en falso a la reforma retributiva, las Corts renuncian también a tratar de arreglar los agravios comparativos que se dan entre los diputados en función del lugar donde tienen fijada su residencia. Los tramos estipulados para cobrar el plus de distancia y las tablas de los pueblos que se aplican para pagar el kilometraje crean diferencias retributivas difíciles de justificar. Otro asunto polémico es el ´pillaje´ de muchos diputados que viven en Valencia (algunos desde hace años), pero que mantienen su empadronamiento en sus municipios de origen para mejorar sus retribuciones. Algunos incluso lo han cobrado usando coche oficial.

Los populares, por su parte, defendieron ayer la decisión de los miembros del consejo de dirección de renunciar a la exclusividad para eludir el límite de los 5.000 euros al año en dietas. Defendieron las aportaciones a estos diputados por el plus de responsabilidad que tienen asignado y negaron el concepto de sobresueldos. Eso sí, precisaron que este refuerzo salarial no llegará a través del partido, sino del propio grupo parlamentario. El asunto, con todo, es controvertido ya que ha generado malestar interno. Hace un año el grupo despidió a la mitad de su plantilla alegando el recorte en la subvención.