No fue hasta final de la tarde de la segunda jornada del debate de investidura, prácticamente en el tiempo de descuento, cuando resonó el nombre de la Comunitat Valenciana entre las paredes del hemiciclo del Congreso. El candidato a presidente del Gobierno se olvidó del «problema valenciano», esto es, el conjunto de reivindicaciones históricas que demandan desde el gobierno autonómico a Madrid. Cuando Mariano Rajoy se acordó, interpelado por el diputado de Compromís Joan Baldoví, adoptó la postura aznarística: «Valencia está bien», sentenció el gallego.

Hasta ese momento, prácticamente lo único que se podía relacionar con lo valenciano era la corrupción, la que le echaron en cara a Rajoy absolutamente todos los grupos de la oposición. Poco antes, el líder de Esquerra Republicana Joan Tardà invitó a valencianos y baleares a sumarse al proceso independentista.

Sin embargo, Madrid, con Bárcenas, y Valencia, con Taula como último gran escándalo, amargaron el segundo día de investidura al candidato a la presidencia, quien el día anterior había dedicado a este tema 90 segundos de un discurso de más de hora y cuarto. Incluso sus socios de pacto, Ciudadanos, reiteraron en diferentes ocasiones que «no se fían de un partido imputado».

En su turno por la mañana, el líder del PSOE Pedro Sánchez recordó el «Luis, sé fuerte» que Rajoy le envió a Bárcenas por mensaje. Sánchez leyó en la tribuna un listado de todos los delitos por los que está imputado el PP: cohecho, fraude, estafa, blanqueo... «¡Pero si es todo el Código Penal, señor Rajoy!», ironizó. «El problema no es que los socialistas no confiemos en usted, el problema es que usted no es de fiar», arremetió el secretario general del PSOE.

La mayoría de delitos recogidos en esa lista son los que afectan al PPCV, con el grupo municipal de la capital al completo imputado por blanqueo de capitales y el expresidente de la diputación en la misma situación judicial. De la exalcaldesa y la otrora mano derecha de Rajoy „Rita Barberá„ se espera que llegue su citación en breve, ya que hasta ahora su condición de aforada ha retrasado su investigación.

Desprecio a Compromís

Ni infraestructuras, ni infrafinanciación. Hasta las 17.30 horas no se habló de estos términos en relación con la Comuntiat Valenciana, cuando tomó la palabra el diputado de Compromís Joan Baldoví. Fue entonces cuando Mariano Rajoy reivindicó desde el púlpito„en apenas unos pocos minutos, ya que su respuesta se dividió en distintas apelaciones a los diferentes partidos del grupo mixto„ las mejorías económicas de la C. Valenciana.

«Los valencianos se han beneficiado de las políticas económicas que hemos llevado a cabo en los últimos años», sentenció y cogió carrerilla: «La tasa de paro está bajando, crece la producción industrial, así como el sector exportador. El turismo va bien. El gobierno ha inyectado 43.000 millones pagar a proveedores y para inversiones. Estamos apostando por el Corredor Mediterráneo, yo mismo inauguré el AVE a Alicante, que queremos extender a otras ciudades. Se ha invertido en carreteras, en el trasvase Tajo-Segura, en la negociación de la política agraria común...», replicó a Baldoví.

«Si soy investido, en algún momento tengo la intención de llevar a cabo una reforma del modelo de financiación», explicó Rajoy, quien arrancó su contestación no sin cierto desprecio al diputado de Compromís. «¿Dónde está? Ah sí, ahí arriba...No se lo tome como algo personal, pero no le he pedido su voto, aunque tampoco protestaría si me lo diera». El candidato a presidencia aludió a la «necesidad» del FLA y a la «complejidad» del sistema de financiación.