El curriculum de 22 páginas colgado en el portal de Transparenica del Consell Jurídic Consultiu deja constancia de la solvencia profesional y académica de Margarita Soler, base suficiente, aseguran en el entorno de Ximo Puig, para que el hoy presidente pensara en ella cuando el PP le pidió un nombre para ocupar el hueco dejado por Joan Ignasi Pla en el CJC. Y, también, para que ahora esté convencido de que es la candidata más adecuada. Profesora titular de Derecho Constitucional en la Universitat de Valencia y directora del departamento desde 2008 hasta que en 2014 fue elegida consejera, Soler tiene el perfil idóneo para dirigir la institución en la nueva etapa que se avecina. Considerada una persona de consenso, quienes la conocen aseguran que dispone de la mano izquierda suficiente para gobernar un consejo en el que, por primera vez en su historia, tendrán que ponerse de acuerdo representantes de cinco partidos distintos.

Especialista en temas de género y electorales, a favor de Soler juega también su independencia. Su vinculación ideológica con el PSPV es innegable, pero nunca ha ocupado un puesto orgánico en el partido. Ahora bien ha colaborado en muchas ocasiones como asesora en temas electorales. De hecho, casi de forma interrumpida, comicio tras comicio, fue vocal en las juntas electorales a propuesta PSPV. Allí coincidió con Mónica Oltra cuando la hoy lideresa de Compromís ejercía de representante electoral. Hubo sintonía con la vicepresidenta; un detalle no menor ya que, aunque la elección de la presidencia corresponde a Puig, la opinión de Oltra será tenida en cuenta.

En su trabajo en el Consell Jurídic Consultiu Soler ha encajado a la perfección. «No se le conocen enemigos», indica una persona que ha trabajado con ella. Feminista convencida, Soler forma parte de la Red Feminista de Derecho Constitucional y ha trabajado en numeros proyectos e investigaciones relacionadas con las políticas de igualdad.