El paraíso de las urbanizaciones de Xàbia esconde muchos infiernos personales. Los Servicios Sociales hace tiempo que advierten de la situación de aislamiento, incluso de precariedad, en la que viven residentes extranjeros que se compraron un chalé hace 40 años y se han hecho mayores y cada vez se han quedado más solos. Muchos de esos casos han salido ahora, con el incendio, a la luz. Los bomberos y la policía local salvaron a una anciana con Alzheimer que se había quedado en una casa que ha quedado calcinada tras marcharse su marido en el coche a pedir ayuda. Hay más casos de personas mayores que ahora han perdido su casa (o ha sufrido serios desperfectos) y se han quedado desamparados.

La concejala de Servicios Sociales, Pepa Gisbert, explicó ayer que a estas personas se las está realojando en residencias. Advirtió de que hay ancianos que, además de quedarse sin casa, también han perdido los pasaportes y los documentos de la pensión. Abandonaron su vivienda a toda prisa, ya que el fuego estaba ya cerca y ahora, cuando han vuelto, ya no han encontrado nada.

«No son muchos casos, pero hay alguno. Desde Servicios Sociales, estamos contactando con los consulados para que les tramiten los nuevos papeles», explicó Gisbert.

En las urbanizaciones de Valsol, Pinosol o Cansalades Park, residen, sobre todo, residentes extranjeros británicos y alemanes. Casi todos tienen ya una edad avanzada. Una pareja de británicos de unos 70 años estaban tiznados ayer de hollín de arriba a abajo tras cortar los árboles y el seto calcinados. Ellos se sentían con fuerzas, pero hay otros ancianos que se quedan paralizados al volver a casa y descubrir los estragos que ha causado el fuego. De ahí que la policía local y la Cruz Roja, así como los trabajadores de Servicios Sociales, estén acompañándolos en esa vuelta a casa. «Muchos están en estado de shock. Estamos ahí para ayudarles. No les vamos a dejar solos», aseguró la concejala.

El ayuntamiento ha podido detectar ahora casos de ancianos que vinieron al paraíso y, con el paso de los años, acabaron confinados entre cuatro paredes de soledad.