El Tribunal de Justicia de Asturias (TSJA), en nombre de la Audiencia Provincial de Oviedo, ha emitido un comunicado hoy, que supone de modo implícito un duro varapalo judicial a la familia de Sueca que tenía bajo su custodia al pequeño Joan, en régimen de preadopción; y en particular, contra su abogado Enrique Vila.

La nota pública aclara que la entrega del menor, acaecida ayer en medio de un gran revuelo de periodistas y cámaras de televisión, estaba claramente estipulada en el fallo del tribunal ovetense. La sentencia de marzo de la Audiencia Provincial, de 2016, dice el TSJA, «en su fundamento jurídico quinto, recoge expresamente que la entrega del menor a su madre biológica debía producirse "de forma inmediata sin que la posible interposición de recursos suspenda la eficacia de esta medida".

Dicha resolución, que resolvía un recurso de apelación de la madre biológica, María José Abeng, por necesidad de asentamiento en la adopción de la que se trata, estimó dicho recurso, declarando que la madre biológica «no se encontraba incursa en ninguna causa de privación de patria potestad, siendo necesario, por tanto, su asentamiento en la adopción del menor». Ante esta circunstancia, la Sección dejó sin efecto el acogimiento familiar pre adoptivo y ordenó que la entrega debía hacerse con un seguimiento y apoyo por parte de la entidad pública competente, que actuaría bajo supervisión de un psicólogo, «y que deberán informar mensualmente al Juzgado a fin de que pueda adoptar las decisiones que correspondan en cada momento en beneficio del menor».

Por tanto, pese a haberse presentado recursos por parte de la Consejería de Bienestar Social del Principado o por parte de la familia preadoptiva, a posteriori, la orden judicial debía ser acatada. Tras solicitar la ejecución inmediata de la sentencia, la madre biológica, María José Abeng, el pasado 31 de mayo, « y ante la falta evidente de cumplimiento voluntario de entrega del menor, el Juzgado de Primera Instancia nº 7 de Oviedo, del que procedía el caso, inicia el procedimiento de ejecución de sentencia, a la que se opusieron los acogedores», añade el TSJA.

Una vez desestimados todos los recursos presentados ante este Juzgado, y fijado el 8 de agosto como fecha de entrega del menor en el Punto de Encuentro Familiar de Valencia o directamente a la madre biológica, se dictó por la magistrada titular -sin que se presentasen tampoco los acogedores, y ante la imposibilidad de comunicación alguna con la parte pre adoptante-, una orden de búsqueda y localización, que permanece activa hasta hace pocos días, como publicó Levante-EMV, cuando la Guardia Civil comunica que ha conocido que el menor iba a comenzar sus clases en un colegio de la Comunitat valenciana. Para salvaguardar los intereses del menor se decidió que la entrega del mismo a la madre biológica se llevase a cabo en el día de ayer en el propio cuartel de la Guardia Civil y no en el colegio, indica la alta instancia judicial de Asturias. Como ya se conoce, ahora comienza el seguimiento psicosocial del pequeño previsto en la sentencia, del que da cuenta este comunicado.

La lectura de esta nota pública deja varias conclusiones entre líneas. Las críticas vertidas a la Audiencia Provincial de Oviedo por el abogado Enrique Vila sobre el fallo judicial y los peritos que los asesoraron han causado gran malestar en los magistrados asturianos. Además, ante el revuelo mediático ocasionado en toda España y la imagen dada ante la Opinión Pública, los jueces han querido comunicar que la entrega del menor debió hacerse hace más de un mes y que para ello se dictaron las medidas precisas para proteger la integridad del pequeño, incluido apoyo psicológico.También, el hecho de que los padres adoptivos se marchasen de vacaciones y no atendiesen el mandato de la juez de Oviedo, les ha perjudicado mucho, pues ha sido entendido por parte de las autoridades competentes como que han querido echarles un pulso.

Respecto a la orden de busca y captura, el padre preadoptivo, Alberto Bordes, ya declaró días atrás a este diario, que se sintió tratado como un delincuente y que no había secuestrado al chico. Solamente, argumentaba, se había marchado de vacaciones unos días a Cullera, donde había estado localizado y sin esconderse de nada y de nadie.