Será complicado que los diputados valencianos sean clave en alguna formación de Gobierno posibilista que pueda evitar unas más que previsibles terceras elecciones. Es decir, con una suma real y factible de escaños hasta alcanzar los 176 diputados para permitir una investidura en un primer momento o, para decantar una balanza mayor de síes en una segunda votación. Todas las formaciones han dejado claro su «no» a sus adversarios, lo que bloquea cualquier acuerdo a gran escala que se salte las disciplinas partidistas o ideológicas. La visión territorial queda solapada a las demás.
Pero ese acuerdo ha podido ser posible en dos ocasiones y todavía está vivo si tras las elecciones vascas el Partido Nacionalista Vasco propone a sus cinco diputados una abstención junto a Ciudadanos. En ese caso, los cuatro diputados de Compromís serían clave para desbloquear la situación. Eso sí, harían presidente a Mariano Rajoy, algo que en la coalición no quieren ni oir.
En la anterior legislatura, la coalición también habría sido importante para que arrancara un Gobierno, aunque de manera indirecta. Lo intentaron los cuatro diputados para que Podemos y el PSOE votaran a Pedro Sánchez como presidente, aunque era imprescindible el apoyo de nacionalistas e independentistas.
También podrían haber actuado de puente con Podemos para que se abstuviera con el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, pero el partido de Pablo Iglesias ya se había negado en rotundo. En ambos casos, los diputados valencianos del PP ni se lo plantearon. El territorio no pesa.
