El estudiado anuncio de Ximo Puig en las Corts Valencianes incluía no solo el inicio del proceso para revertir el departamento de la Ribera sino también el de Dénia cuyo contrato expira, sin embargo, en abril de 2024.

Pese a los intentos de Podemos para que el Consell se comprometiera a acelerar esta segunda reversión al año que viene, las arcas públicas no están en condiciones de asumir las millonarias indemnizaciones que harían falta.

La «baza» de la Conselleria de Sanidad para hacerlo posible serían las acciones de la empresa DKV Seguros que cuenta con el 65 % de la unión temporal de empresas que gestiona actualmente Dénia. La empresa ha manifestado abiertamente su intención de irse de la UTE tras notificar 3 millones de pérdidas en el balance del año pasado y, pese a que su socio Ribera Salud tendría preferencia en la compra de las acciones, desde el Consell ya adelantaron que cualquier compraventa de títulos debe contar con su aprobación y, si está en su mano, serían ellos los primeros interesados en adquirirlas.

Sería una reversión parcial antes de tiempo que, por ahora, solo está en el papel. Este verano el propio responsable de Ribera Salud, Alberto de Rosa daba por muerta esta vía teniendo en cuenta que, desde las primeras declaraciones al respecto en marzo no se había dado ningún paso. Lo único que ha trascendido es que la cuantificación de los títulos empresariales se había dejado en manos del Instituto Valenciano de Finanzas y de la Conselleria de Hacienda y que también se estaba valorando el encaje legal de que la administración entrar a formar parte de una de sus concesiones, una circunstancia sin precedentes.

Los otros tres departamentos de salud bajo gestión privada (Torrevieja, Manises y Elx-Crevillente) quedan por ahora fuera del mapa ya que sus contratos expiran también entre 2021 y 2024 y están en manos al 100 % o de Ribera Salud o, en el caso de Manises, de Sanitas.