Han viajado desde una treintena de países para visitar su meca sentimental: la cuna europea del papel. Llegan de Japón, Australia, Estados Unidos, México, Argentina, Chile, Rusia, Noruega o Canadá con la ilusión de pisar Xàtiva: el primer lugar de Occidente que tuvo un centro productor de papel, documentado desde el año 1150, y poder contemplar también Valencia: la ciudad portuaria desde donde se expandió por el Viejo Continente el famoso invento chino que iba a revolucionar la historia del pensamiento y la cultura. El internet de la Edad Media.

«La ruta del papel desde Xàtiva y Valencia a los países mediterráneos y al Nuevo Mundo» es el título de la cumbre internacional que cada dos años organiza la Asociación Internacional de Historiadores del Papel. Ayer empezó en Valencia y hoy, sus 113 asistentes se desplazan a Xàtiva y a Banyeres de Mariola, donde visitarán el Museu Valencià del Paper y la ruta de los molinos papeleros.

El encuentro científico también servirá para presentar importantes novedades sobre la función pionera de Xàtiva y Valencia en la difusión europea del papel. Es un hecho poco conocido por el gran público: los musulmanes expandieron por el mundo árabe el papel, inventado por un eunuco del emperador chino en el siglo I antes de nuestra era, y de su mano llegó a Europa. La puerta de entrada fue Xàtiva. Dio la pista la famosa cita del geógrafo ceutí al-Edrisi sobre el magnífico papel de Xàtiva que se exportaba a Oriente y a Occidente.

Pero el esplendor vino después, con la conquista cristiana. Vicent Terol, director del archivo municipal de Ontinyent, ha superado las generalidades y por fin ha puesto nombres, apellidos y cantidades que presenta en este congreso. El historiador ha identificado al menos a ocho maestros papeleros activos en la Xàtiva de 1308. Todos eran mudéjares: Mohamed Abahaxem, Mehmed Ahunmelli, Gabir Alfarra, Ali Amiçrari / Almiçarani / Almisserray, Haven Aroig, Hamet Arracach, Mohamed Ubeyt y Abderramen. Más aparte la gente que trabajaba para ellos. Todos vivían en la morería de Xàtiva, la mayor concentración mudéjar de todo el antiguo Reino de Valencia. «Xàtiva era el epicentro de la manufactura del papel en la Corona de Aragón en las primeras décadas del siglo XIV», constata el investigador.

Según añade Joan Alonso, conservador del Arxiu del Regne de València, funcionaba como un monopolio: el rey no permitía que florecieran otros centros papeleros. «Fabricado en Xàtiva, desde el puerto de Valencia se exportaba a Francia, a Italia o al norte de África», añade. Ejemplo: Marrakech custodia hoy un Corán de 1252 con papel xativí.

Ese papel fabricado en abundancia en la Xàtiva medieval permitirá a la monarquía de la Corona de Aragón, en plena época del pergamino de origen animal para el resto de Europa, utilizar más papel que otros reinos europeos. Así lograron compilar uno de los archivos más ingentes, junto con el del Vaticano, de toda Europa.

Italia y la «manca finezza»

Sin embargo, al apogeo le siguió muy pronto un declive irreversible. Los italianos, con su nuevo papel fino, de mayor calidad y con el elemento estético de las filigranas, le ganaron la partida a un papel de Xàtiva que era largo, con un deficiente triturado de las fibras, con hebras de hilo enteras sin desfibrar, con unas hojas de un grosor considerable e irregular, asimétrico, con escaso tensado del verjurado, y con aspecto brillante pero sin filigranas.

«El papel de Xàtiva, hegemónico a principios del siglo XIV, acabó esa centuria en una posición residual», subraya Joan Alonso, que destaca los intentos infructuosos de Xàtiva por elaborar papel más moderno, incluidas filigranas con el escudo de la ciudad. Sus investigaciones constatan la producción de papel en Xàtiva desde 1150 hasta 1625. Casi cinco siglos.

El papel de fumar de Alcoi

Si en un descanso del congreso le preguntas al hispanoargentino José Carlos Balmaceda por el papel procedente de Valencia, te responderá que en América tuvo fama en el siglo XVIII. Pero enseguida lanza una apreciación. «Fue en el siglo XIX cuando el papel valenciano que llegaba a América experimentó una excelente transformación al especializarse en el papel de fumar fabricado en Alcoi. ¡Hasta se anunciaba en los avisos publicitarios de la época!», detalla el consejero del Instituto Europeo de la Historia del Papel y de la Ciencia.

Es curioso el momento del congreso y la admiración ante la cuna europea del papel: en plena era digital. El belga Jos de Gelas, papívoro y vicepresidente de los Historiadores del Papel, es rotundo sobre el futuro que le aguarda al material. «¡Claro que el papel va a resistir! Todos los formatos digitales del presente desaparecerán mucho antes que el papel. Por dos razones principales: porque todo lo digital es más susceptible a la falsificación que el papel, y porque el papel es el mejor método para almacenar información y documentación a muy largo plazo. Puede suceder cualquier problema dentro de uno o dos siglos. Y si no hay electricidad, ¿cómo consultaríamos esa información si no está en papel? Es necesario -pide- que todo lo importante siga guardándose en un soporte material». Píxel volant, scripta manent.