El Ministerio de Fomento proyecta una gran remodelación pa-ra la V-30 con el objetivo de capacitar esta vía, casi 60 años después de su diseño dentro del Plan Sur de Valencia, con el fin de convertirse en el gran redistribuidor de tráfico del siglo XXI, una vez constatado que las reformas realizadas en la década de los 80 son hoy insuficientes.

La Demarcación de Carreteras en la Comunitat Valenciana remitió ayer a los ayuntamientos afectados toda la documentación relativa al anteproyecto denominado «Aumento de capacidad y mejoras funcionales de la V-30», que abarca desde el origen de esta vía en la A-7 hasta el desvío hacia Pinedo y el Puerto de Valencia.

La actuación contempla como intervención general la ampliación a un tercer carril tanto en la vía lenta como en la rápida allí donde el estudio lo considera necesario, así como la remodelación de todos los enlaces y en especial donde existen «carriles de trenzado», en los que confluye un carril de aceleración con uno de deceleración.

Por otra parte, el proyecto incorpora la remodelación de la avenida del Cid para hacer más fluido el acceso al barrio de la Luz y la incorporación de vehículos desde Mislata.

El proyecto sometido a exposición pública tiene un presupuesto estimado de obra de 145 millones de euros que, además de provisional y pendiente de que se definan las diversas alternativas planteadas para los puntos más conflictivos, contempla algunas actuaciones que son responsabilidad de la Generalitat Valenciana o del Ayuntamiento de Valencia y que podrían acabar disparando finalmente el presupuesto.

Tramos con serios problemas

Del análisis realizado de la V-30 se desprende que esta autovía necesita ser mejorada en su funcionamiento, fundamentalmente en el tramo comprendido entre el enlace de la CV-36, conocida como la Autovía de Torrent, y la conexión con la CV-30 o Ronda Norte de Valencia, «ya que es donde se detectan mayores problemas de capacidad», según el ministerio.

La actuación, que es sometida junto al estudio de impacto ambiental, está diseñada exclusivamente para satisfacer las necesidades del tráfico rodado de vehículos y no contempla medidas vinculadas a otro tipo de movilidad ni proyectos para el cauce nuevo del Túria, tal como se ha propuesto en alguna ocasión desde diversas instituciones.

El citado informe recuerda que según datos obtenidos en 2009, fecha en la que el Ministerio de Fomento ordenó la redacción del proyecto, el tráfico soportado por esta vía en su tramo central -desde la V-31 hasta la CV-30- se situaba en torno a los 125.000 vehículos diarios, con un elevado porcentaje de vehículos pesados.

En los extremos, el tráfico se reduce y va desde los 45.000 vehículos diarios entre la V-31 hacia el Puerto de Valencia y los 60.000 en el tramo comprendido entre la CV-30 y la A-7.

«Este tráfico elevado genera problemas de capacidad en la vía que suponen importantes retenciones de tráfico, sobre todo en horas punta, y en general problemas de seguridad», según el informe.

Sin definir

El anteproyecto sometido a información pública continúa sin definir todas las intervenciones, que espera cerrar tras la fase de información pública, en la que es previsible la participación de todos los ayuntamientos afectados.

Además, el proyecto va acompañado de un estudio de impacto ambiental que se justifica en la proximidad del Parque Natural del Túria y del Parque Natural de l´Albufera, colindante en su cara norte con la actuación.