El conseller de Educación, Vicent Marzà, desgranó ayer en Levante-TV las claves del borrador del nuevo Decreto de Plurilingüismo que acaba con la doble línea en valenciano y castellano para pasar a un único Programa Plurilingüe Dinámico (PPD) dividido en tres niveles (Básico, Intermedio y Avanzado) que los colegios públicos y concertados pueden elegir en función de la mayor carga lectiva del valenciano y el inglés que impartan. Así, las actuales líneas de castellano corresponden al nivel básico mientras que las de valenciano están en el escalón avanzado.

El decreto no obliga a los centros a situarse en los niveles más altos, lo que supone renunciar a implantar «un único modelo de inmersión lingüística» que proponía Compromís en su programa electoral. Interpelado por esta cuestión, Marzà respondió: «la inmersión simplemente es una metodología, lo que nosotros decimos es que el objetivo que se marca para el conjunto de toda la ciudadanía, que al final es para quien debemos que gobernar, que es que se dominen las tres lenguas, castellano, valenciano e inglés, está el decreto».

Para Marzà el decreto «no es 100 % de una única parte, porque tiene que ser el decreto de todos y debe ser el decreto que alcance la meta, que logre el objetivo de dominar las tres lenguas, y eso no pasa por hacer grandes declaraciones sino por un modelo pedagógico arraigado, realista y ambicioso a la vez».

Con 7 de cada 10 alumnos escolarizados en la línea en castellano, Marzà deja caer que la inmersión es hoy por hoy una utopía. «Tenemos que saber de dónde partimos y queremos llegar a lo que sería más óptimo, a lo que nos dicen los lingüistas y los expertos en didáctica de la lengua de las universidades valencianas que deberíamos de tener, que es el nivel Avanzado», explica. Pero eso, añade, «ahora mismo, no se puede aplicar de hoy para mañana, por tanto lo que tenemos que hacer es acompañar a los centros para que puedan avanzar».

Certificación de idiomas

El aliciente en este progreso hacia la mayor presencia del valenciano en las aulas es que sólo aquellos centros que impartan la mitad o más de las asignaturas en la lengua propia podrán elevar su carga lectiva en inglés hasta más de un 30 %. Esto permitirá que su alumnado, cuando acabe el Bachillerato, obtendrá automáticamente el certificado B1 de inglés y el Mitjà (C1) de valenciano. El «peso» mayoritario del valenciano y la mayor carga en inglés reducirá la presencia del castellano al mínimo que exige la Lomce: Lengua castellana y una asignatura no lingüística.

«Apostamos porque las lenguas minorizadas, que no tienen un uso social tan elevado como el castellano, tengan una mayor presencia para que todos dominemos las tres lenguas», dice el conseller. La realidad -prosigue- es que dudo que podamos encontrar un alumno que al acabar la ESO no sepa castellano, y por contra encontramos a miles que no saben ni inglés ni valenciano. Esto hay que revertirlo».

Mejores resultados académicos

El conseller justificó su apuesta por el bilingüismo con el argumento de que «cuando sabemos cosas en dos lenguas transferimos esos contenidos a otras y es más fácil aprender idiomas». Así, aseguró que los territorios con dos lenguas propias en PISA «obtienen mejores resultados en inglés, porque es más fácil aprender una tercera lengua si dominas las dos de tu contexto».

«El castellano es predominante a nivel social y de uso, y el valenciano es una joya que tenemos que nos ayuda a aprender otras lenguas y hemos de ponerla en valor», dice el conseller. «Sobre todo acompañando a la gente, no obligando a que estudien en valenciano, porque no es es realista ni pedagógico, pues cada uno parte de un nivel diferente y no se podría certificar el conocimiento de idiomas, y no se trata de regalar títulos», concluye.

No interfiere en «XarxaLlibres

La aplicación progresiva del PPD a partir del próximo curso y los seis siguientes facilita, según Marzà, formar al profesorado y no tener que renovar de golpe los materiales del banco de libros de XarxaLlibres. No habría que empezar a cambiar libros hasta el curso 2019-20 al implantarse en 3º y 4º de Primaria, cuando ya tocaría renovarlos al agotar sus 6 años de vigencia.