El gerente del hospital de Alzira, Javier Palau, teme que la reversión del departamento de salud 11 a la gestión pública anunciada para marzo de 2018 suponga un «retroceso» en el servicio que se da actualmente a los cerca de 250.000 pacientes del área de la Ribera sin contar los de las comarcas aledañas. Así lo expresó ayer Palau en el programa València en directe de Levante TV en el que participó asegurando que veía «indicios» de que la reversión -cuyo proceso burocrático el Consell acaba de iniciar- conlleve una pérdida de capacidad del hospital de Alzira y, por ende, la pérdida de especialidades actuales, cuya calidad defendió.

«Tenemos una cartera de servicios que no es propia de un hospital comarcal ya que somos comparables a cualquier hospital que no sea, obviamente, La Fe pero tenemos indicios de que vamos hacia una pérdida de capacidad», apuntó Palau que lamentó que la consecuencia directa de esta decisión sería que los ciudadanos de la Ribera «tengan que volver, como antaño, a viajar hasta Valencia, algo que probablemente pueda suceder», añadió.

Ni la Conselleria de Sanidad ni el propio Consell se han pronunciado todavía sobre cómo será la primera reversión de un hospital bajo concesión administrativa del modelo Alzira aunque el gerente del buque insignia de esta forma de trabajar pública-privada, entiende que hay «indicios» que hablan a las claras del papel menor que tendrá el centro en un futuro.

«Tenemos indicios como la reordenación del territorio que se pretende hacer. Estaremos en un área en la que no se cuenta con nosotros como hospital de referencia y además ahora en Dénia no pueden hacer neurocirugía? hay datos que nos hacen pensar» que se va hacia «una pérdida de capacidad», aseguró.

En este sentido, el Partido Popular de Alzira ya ha presentado una moción para exigir a la Generalitat que se mantengan todas las especialidades médicas y servicios que ofrece el hospital. La propuesta de los populares, que se someterá al plenario del Ayuntamiento de Alzira, pretende apelar directamente a la Generalitat y «exigir, en el caso que llegue la reversión, que no se eliminen los servicios que actualmente se ofrecen en el departamento de salud La Ribera, y que tampoco se prescinda de la calidad de los mismos», según fuentes del grupo municipal.

Más dinero para lo mismo

Para el gerente del centro uno de los problemas con los que puede encontrarse el Consell a la hora de mantener toda la cartera de servicios en Alzira es el presupuesto. «Dependerá de si se mantienen o no las especialidades y los profesionales que tenemos», aseguró aunque entiende que, en el sector público «se necesitaría más dinero para hacer lo que se está haciendo». Palau viene, precisamente, del ámbito público ya que fue director médico de La Fe.

Los gestores del departamento -en manos de la UTE Ribera Salud desde 2003- recibieron a principios de semana la comunicación oficial del inicio del proceso de reversión y Palau criticó ayer la falta de información sobre el resto del proceso que está por venir en los próximos 18 meses. «El Consell ha dicho que lo va a hacer pero no cómo», aseguró, lo que añade incertidumbre para los cerca de 2.000 trabajadores del departamento con contrato laboral.

Además, Palau entiende que la tarea es compleja ya no solo por los trabajadores sino por cuestiones como la adaptación de sistemas informáticos que, en la Ribera, son propios y diferentes a los de la Sanidad valenciana.