La espita abierta por los Moros y Cristianos de Sagunt en su decisión de vetar el uso de animales en los desfiles, más allá de los caballos restringidos a actos puntuales, no fue secundada ayer por la Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos (Undef), que engloba a la mayor parte de comparsas valencianas.

Francisco López, su presidente, asegura que no es un tema de debate ni lo ha sido nunca. «Es tan habitual y normal que no se ha reclamado nunca un debate al respecto», indica. A su juicio, «dentro del respeto al animal» y siempre que no haya maltrato, la utilización de animales es consustancial a la fiesta. Tanto como la música o el vestuario, señala. «Y no creo que lo tengamos que revisar», opina. ¿Es irrenunciable? Para Francisco López, sí. No entiende que se suprima el uso de ocas en los desfiles. «Es bonito, la gente lo admira», afirma.

Ante el debate, en el que los animalistas defienden la eliminación de animales en los espectáculos, la Generalitat apoya la reducción de animales en este tipo de actos. La de Sagunt es una decisión «acertada», que la Generalitat «respeta» y que «muchos aplaudimos», según señaló ayer el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes. No obstante, tampoco es maximalista: no se trata de impedir que los caballos puedan ser montados o engalanados en desfiles o espectáculos. «No queremos atacar tradiciones populares o viejas costumbres que responden al cariño hacia los animales. Lo importante es que no se pervierta la etiología y el comportamiento natural del animal», sostiene Llanes.

La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) matiza que «no puede equipararse la utilización de una oca o un elefante con la utilización racional de un caballo, siempre que no se le someta a un estrés impropio o un trato antinatural como por ejemplo, obligarlo a atravesar el fuego de hogueras. O el tiro y arrastre, en el que los animales son expuestos a situaciones extremas». Sin embargo, el colectivo animalista advierte de que incluso la participación de caballos en estos espectáculos es controvertida. «Habría de estudiarse, desde un punto de vista veterinario, en qué medida afecta a un caballo el bullicio y la música, en algunos casos estridente, de una cabalgata de Reyes o un desfile de moros y cristianos.

«El traslado ya es maltrato»

En el mismo sentido discurre la postura oficial del partido animalista Pacma, cuyo programa electoral propone «acabar con los espectáculos en los que son utilizados animales». Porque, aun sin provocar la tortura o muerte, en todos ellos se produce «algún grado de maltrato físico o psíquico que supone un menoscabo de sus derechos», sostienen. Por ello defienden «prohibir cualquier tipo de deporte, espectáculo o festejo donde se utilicen animales».

Dice Raquel Aguilar, coordinadora del Pacma en la provincia de Valencia, que la gente arrastra una confusión: «Asocian maltrato animal a ver sangre o golpes. Pero también es maltrato el estrés que sufren por el ambiente hostil en el que se encuentran, durante el espectáculo, o en el traslado. Las directivas europeas ya precisan que el transporte es uno de los momentos donde sufren los animales para el consumo humano. Así que sólo con el transporte ya sufren. Y no es necesario: tenemos tecnología, arte y mecanismos para sustituirlos. Hay otras formas de divertirse y nadie echaría en falta si se suplen en estos espectáculos», reivindica la portavoz del Pacma, que aplaude la decisión de Sagunt.

En manos de los ayuntamientos

En la actualidad, la Ley de Espectáculos Públicos de la Generalitat deja en manos de los ayuntamientos la autorización para dar permiso a «los espectáculos públicos y actividades recreativas, con o sin animales, que para su celebración requieran la utilización de vía pública». El Ayuntamiento de Valencia, por ejemplo, decidió suprimir este año de su cabalgata de Reyes el uso de cualquier animal. Ni siquiera caballos o camellos. También prohibió los circos con animales.