Así como hay una Declaración Universal de los Derechos Humanos, de los Derechos del Niño o de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, la Generalitat ya tiene elaborada una Declaración Valenciana de los Derechos del Animal. Un texto de contenido simbólico -no es una ley ni un decreto- pero que pretende servir como una toma de postura institucional para dar relevancia al bienestar animal y expandir a la sociedad el espíritu animalista que quiere difundir el Gobierno autonómico.

El proyecto -que ayer se cayó del pleno del Consell pero que pasará el próximo viernes para su aprobación- recoge quince artículos y un preámbulo del que destacan unos principios ya garantizados por la ley y otros de carácter novedoso como el que recoge el artículo sexto: «Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo y de la intensidad del mismo». Apenas quedan ya animales de trabajo, salvo que se consideren trabajo los destinados a satisfacer aficiones humanas como la caza, el tiro y arrastre, la hípica y la doma. La extenuación, recuerda este documento, no debe ser el límite para los animales puestos al servicio humano.

La declaración evita toda referencia explícita a tradiciones criticadas por los colectivos animalistas, como los festejos taurinos. Aun así, en sus dos primeros artículos fija una postura clara: «Todo animal tiene derecho al respeto» y «todos los animales tienen derecho a no ser maltratados ni a ser sometidos a actos crueles. Si es necesaria la muerte, debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia». Estos principios éticos entrarían en colisión con la tauromaquia.

Ni abandonos ni sacrificios

Los animales domésticos reciben un interés especial entre los mandamientos laicos de esta declaración, impulsada por la Conselleria de Agricultura y la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra. Todos los animales «deben permanecer en lugares donde se pueda ejercer su adecuada atención y vigilancia»; y aquéllos que el ser humano posea bajo su dependencia «tienen derecho a su correcto mantenimiento y a los adecuados cuidados conforme a sus características etológicas. En ningún caso deben ser abandonadon ni sacrificados de manera injustificada».

La declaración invoca el derecho de todo animal salvaje a «vivir libre y ser respetado, en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse», aunque ello choque con la existencia de zoológicos, parques de animales o acuarios.

Hay otro punto, el artículo noveno, que puede entenderse como un mensaje a las tradiciones o espectáculos públicos que usan animales: «Los animales deberán disponer de espacio suficiente cuando sean trasladados de un lugar a otro. Durante el transporte y espera, los animales serán observados y dispondrán de agua y alimentación suficiente».

Sin revisión de tradiciones

La Generalitat anuncia en la declaración que «fomentará e impulsará la defensa y protección de los animales» y que de su acción emanará siempre «la defensa y la salvaguarda del animal».

En ningún caso alude a demandas animalistas como eliminar el uso de animales en espectáculos públicos o deportes tradicionales como el tiro y arrastre o la colombicultura. Todo eso no está en revisión. Sin ir más lejos, el pleno del Consell aprobó ayer dos convenios de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte: una subvención de 9.000 euros a la Federación de Tiro y Arrastre, y otra ayuda de 17.000 euros para la Federación de Colombicultura.

La Declaración Valenciana de los Derechos del Animal insta a los propietarios de animales a «educarlos en positivo para la convivencia evitando los castigos físicos y el maltrato». Asimismo, pone énfasis en que «la experimentación con animales estará sujeta a las normativas europeas y a los comités éticos establecidos, sustituyéndose por métodos alternativos cuando ello fuera posible».

Al margen de esta declaración simbólica, la Generalitat está preparando una nueva ley de bienestar animal que sustituya a la actual norma, aprobada en 1994 por el Consell de Joan Lerma.