La Fiscalía de Valencia ha remitido a los juzgados de instrucción la denuncia que recibió a mediados de junio sobre el presunto caso de coacciones a una médico anestesista para que renunciara a la plaza para la que había sido convocada a través de la bolsa de trabajo del Hospital Clínico, ya que estaba preparada «para asegurar» a personal del centro.

Así lo confirmaron ayer fuentes del Ministerio Fiscal que explicaron que ante los «indicios de delito» apreciados, se ha determinado remitir la causa para que se abra una investigación judicial sobre este escándalo que salpica a jefes intermedios del hospital Clínico y que salió a la luz a principios de junio, gracias a que la médico afectada decidió hacer pública la grabación de la conversación telefónica con la jefa de sección de la unidad de Anestesiología que le pedía como «favor» que renunciara a la plaza.

«Aquí no puedes entrar así, haremos un informe negativo y estarás un mes» o «no puedes entrar en un hospital sin el beneplácito de la dirección ni del jefe de servicio», son algunas de las frases con las que se le conminaba a renunciar a un puesto de trabajo que le correspondía por bolsa pero que estaba destinado, según queda registrado también en la grabación, a «asegurar a gente de aquí».

Ahora será el juzgado de instrucción al que ha correspondido por reparto la denunia el que decidirá qué delitos se pueden haber cometido en este caso y, sobre todo, quiénes tendrán que responder ante la Justicia por ello. En este sentido, habrá que esperar a ver qué diligencias se solicitan y si se llama a declarar tanto a la médico que sufrió las presiones como a la jefa de sección que hizo la llamada o a su superior directo, el jefe de servicio, y si lo hacen en calidad de investigados.

El otro presunto episodio de coacciones para renunciar a una plaza otorgada por bolsa que se dio a conocer el pasado mes de junio -y que afectó a un traumatólogo que optó a una vacante en el hospital de La Fe que fue retirada justo después de que la aceptara-, también está en los juzgados, pero por determinación del facultativo, que decidió denunciar él mismo al jefe del servicio que le «recomendó» renunciar a la plaza.

Lo sucedido en el área de Anestesiología del Clínico abrió la caja de los truenos y permitió ver las dimensiones de un problema -el de las contrataciones por bolsa en la sanidad valenciana- que no termina de solucionarse. La afectada, sin embargo, solo hizo pública la conversación telefónica cuando ya estaba trabajando fuera de la Comunitat Valenciana y a través de un sindicato, es decir, cuando creyó que ya estaba a salvo de posibles represalias laborales por destapar el asunto.

Incómoda realidad

Ambos casos, el del Clínico y el de La Fe han permitido abrir la puerta a una realidad incómoda contra la que la Conselleria de Sanidad ha anunciado que quiere luchar. Tras conocerse las polémicas grabaciones, la consellera de Sanidad, Carmen Montón, insistió en que iban a ser «inflexibles» y no se iba a tolerar ninguna irregularidad en este sentido.

Automáticamente se abrió un expediente informativo que derivó en disciplinario ante el alcance de la polémica y la contundencia de las grabaciones. En estos momentos está paralizado atendiendo a que el caso está judicializado, extremo que no ha gustado al Partido Popular en la oposición, que pide depurar en las Corts las posibles responsabilidades políticas por lo sucedido. Tampoco el expediente abierto por el Colegio de Médicos, y que podría derivar en una inhabilitación o retirada de la colegiación de los facultativos implicados, está actualmente en marcha, precisamente a la espera de la resolución judicial.

Más allá de los expedientes, Sanidad quiere dar una solución definitiva al problema modificando el funcionamiento de la bolsa de trabajo y permitiendo que se pueda contratar seleccionando perfiles específicos, que es el principal argumento de los responsables de servicio para facilitar la ocupación de plazas por trabajadores de su entorno antes de permitir la entrada a un trabajador «sin el perfil» necesario para la vacante en cuestión. La regulación, todavía en borrador, se está negociando.