Valencia vivió ayer la primera manifestación espontánea en toda España contra las reválidas de ESO y Bachillerato que la Ley Orgánica de Mejora de la Educación (Lomce) implanta este curso. A la protesta de las 15:30 horas ante la Delegación de Gobierno en la calle Colón de Valencia, convocada fuera del horario lectivo para no perder clases, acudieron un millar de estudiantes de ESO y Bachillerato de 35 institutos públicos y concertados, 500 según la Policía.

Estos jóvenes en dos semanas se han organizado como Xarxa d'Instituts Valencians, al margen de cualquier sindicato o partido, con el fin de mostrar su malestar por no saber nada sobre cómo será un examen que va a condicionar su futuro en el caso de los que estudian segundo de Bachillerato. Aunque en esta primera convocatoria de las reválidas no sea obligatorio aprobarlas para obtener los títulos, la de Bachillerato si que servirá de nota para acceder a la universidad al haberse derogado la selectividad.

Precisamente ayer trascendió que las 17 autonomías pedirán en bloque al Ministerio de Educación que prorrogue la selectividad al menos un curso más, pues un mes después del inicio de las clases aún no se ha definido cómo será la prueba. En este sentido, el secretario autonómico de Educación, Miquel Soler, califica de «irresponsable» la actitud del ministerio. «La única manera de solucionar esta barbaridad es que paralice la reválida», insiste.

Las reivindicaciones de los alumnos son básicas: «Queremos saber qué materias entran en el examen, cómo será y dónde lo haremos, y si nos servirá como nota de acceso a la universidad, y lo más importante, queremos saberlo ya», recitaban al alimón una alumna de 2º de Bachillerato del IES Baleares y otro del Ferrer i Guardia de Valencia que han impulsado la protesta. Otro de los organizadores, en este caso un joven del IES Rascanya, reconocía que si se hubiera convocado la protesta dentro del horario lectivo habría ido más gente, pero añadía: «No queremos perder clase, con ello no ganamos nada».