Villar del Arzobispo es el resultado de un gran crisol de culturas, lo que se puede comprobar en su rico patrimonio. Una de las propuestas turísticas que plantea la población de los Serranos es la denominada Ruta de la Huella del Hombre, que conduce al visitante por distintas épocas y legados históricos enclavados en su amplio término municipal. Dentro de este itinerario llama la atención un atractivo vestigio: el aeródromo utilizado en la Guerra Civil para enviar a la aviación republicana a bombardear el Frente de Teruel.

Como muestran las fotografías realizadas por el arqueólogo Josep Burriel en una visita a la zona junto al también arqueólogo Juan José Ruiz, el refugio antiaéreo, dotado de un pequeño túnel y de unas escaleras subterráneas, se encuentra en perfecto estado. Durante el conflicto fratricida, tal como escribía en Levante-EMV el malogrado José Ferrer en agosto de 2011, en todo el territorio de la provincia de Valencia estuvieron en activo un total de 17 aeródromos: Alcublas, La Cabezuela, Carlet, Casinos, Chiva, Fontanars, Jarafuel, Llíria, Manises, Montroi, Pobla del Duc, Requena, Sagunt, Sinarcas, Utiel, Villar del Arzobispo y La Yesa.

En particular, el aeródromo villarense registró una especial actividad entre el 12 y el 29 de diciembre de 1937. No en vano, fueron varias escuadrillas republicanas las que bajaron de otros puntos de España para establecer su base en esta población y a partir del día 17 participar en frecuentes y durísimos combates en los cielos de la provincia de Teruel con numerosas pérdidas en ambos bandos. La visita a este lugar evoca aquellos tiempos pero sobre todo permite revisitar el patrimonio bélico de Villar y también el de localidades cercanas como Alcublas, Llíria y La Yesa.