La investigación con ratones tuvo una segunda fase en la que se estudió el comportamiento celular ya sin la intervención del sistema inmunológico de los animales. En estas pruebas se vieron comportamientos similares ya no solo en la infección del virus del herpes, sino también en el de la gripe, que tiene una pauta de comportamiento y de infección diferente.

Cuando se alteraban o bloqueaban los ciclos naturales de las células, las infecciones provocadas por ambos virus eran siempre más exitosas, sin importar el momento del día. Gracias a estas conclusiones los investigadores creen que las personas que tengan habitualmente alterados los ciclos circadianos -que marcan en el organismo los estados de sueño y de vigilia- como los trabajadores a turnos son más susceptibles a las infecciones víricas.

Según el neumólogo del Hospital General de Valencia Francisco Sanz, coordinador del Grupo de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Valenciana de Neumología, la ciencia ya ha establecido que las personas con ritmos de vida alterados como los trabajadores nocturnos son más propensos a «desarrollar enfermedades crónicas».

Es «novedoso», sin embargo «que se apunte también a ellos en cuanto a las infecciones víricas porque no hay datos al respecto pero lanza nuevas hipótesis a observar y puede que se tuviera que tener en cuenta también a este grupo de población como de riesgo a la hora de priorizarlos en la campaña de vacunación de la gripe», asegura.