A Mónica Oltra le sabe mal que los valencianos estén al tanto de las cuitas de Francisco Granados o del pisito de Ignacio González mientras en Madrid no se sabe nada de lo que acontece en la Comunitat Valenciana. Por eso decidió dedicar el grueso de su conferencia en Nueva Economía Forum, en el lujoso hotel Ritz de la capital, a explicar lo que pasa a orillas del Mediterráneo, y muy especialmente lo que ha pasado en los últimos años de gobiernos del PP.

«Saben ustedes que...?» La detalladísima enumeración de casos y personas relacionados con la corrupción realizada por la vicepresidenta de la Generalitat cubrió su discurso de un manto de oposición, que no de gobierno, en un foro compuesto por cargos públicos de Compromís en Valencia y Madrid; el presidente Puig, los consellers Marzá, Cebrián, Climent, Montón y Soler; los dirigentes patronales de CEV, Cierval y Cámara de Comercio de Valencia y una nutrida representación de Podemos con la portavoz madrileña, Rita Maestre, como primera figura. Se especulaba con la posible presencia de Pablo Iglesias, o de íñigo Errejón, pero ninguno se presentó. Sí merece un subrayado la asistencia de los secretarios generales de Comisiones Obreras y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Josep María Álvarez, respectivamente. Este último tomó la palabra y agradeció a Mónica Oltra «el vendaval de aire fresco que nos has traído». También acudió Ismael Sáez, secretario general de UGT-PV.

Ya en la presentación del acto, que corrió a cargo del cantautor Ismael Serrano, la vicepresidenta valenciana había sido señalada como protagonista de «una nueva política, un nuevo relato». en contraposición con la vieja política, la que se escribía según Serrano con tinta azul y que ahora Oltra traza con tinta roja.

La vicepresidenta aprovechó también la ocasión para hablar de Compromís como partido independiente, ya que a menudo se le vincula con Podemos en las esferas madrileñas. Dijo de su formación política que vive «del c0nsenso y el acuerdo. Jamás se impone una mayoría del 51 % y eso nos lleva a largos debates y acuerdos de madrugada». Y habló del Pacte del Botànic como, «si no perfecto, sí exportable», señalando que ni la abstención del PSOE ante Rajoy ni la caída de los socialistas que apunta el último sondeo del CIS harán mella en el acuerdo: «Está a prueba de bombas para lo que pase más allá de Contreras». Oltra definió la receta del pacto a la valenciana como «tecnología política punta» y añadió que «si se hubiera producido el mismo consenso en el parlamento no tendríamos hoy el Gobierno de España que tenemos», aunque no rehuyó la autocrítica al admitir que Compromís votó contra la investidura de Pedro Sánchez y que quizás las cosas podrían haber sido de otra manera, viendo los resultados y un Ejecutivo de Rajoy que Oltra considera «un peligro».

Copagos, sanidad y dependencia

Financiación autonómica, corredor mediterráneo, línea férrea Valencia-Zaragoza, el barc0 de los refugiados y otros asuntos habituales en el menú político valenciano pasaron por la tribuna de la vicepresidenta, que destacó la eliminación de copagos, la recuperación de la sanidad universal, y la restauración de la gestión de la dependencia, «sin un solo expediente tramitado en 2013 por el PP».

«En Valencia se vive mejor hoy que hace un año», dijo después de la larga enumeración de casos de corrupción en la Comunitat, cuyo efecto cifró en unos 13.000 millones de euros. El detalle y el tono empleado dibujaron una mueca en la diputada del PP en las Corts Valencianes y ex consellera de Educación, María José Catalá, sentada en la mesa presidencial. «He venido a una conferencia de la vicepresidenta de la Generalitat y me he encontrado con un mitin de Compromís«, declararía luego, en línea con comentarios de algunos empresarios presentes en el salón y disconformes con la insistencia en el discurso negativo sobre la situación valenciana.