Hay veces que ni el pacto de silencio en torno a los suicidios esconde una realidad preocupante. Los suicidios consumados y los intentos de quitarse la vida por parte de los menores se han disparado en los últimos años. Los hospitales valencianos han registrado entre 2001 y 2014 el ingreso de 415 menores que habían intentado suicidarse. En un periodo similar, del año 2000 al 2013, hay constancia de la muerte por suicidio de once menores de quince años. Aparte del peso de once vidas tan jóvenes, el dato no es una anécdota estadística. El suicidio ya es la causa del 30 % de muertes por violencia en ese segmento de edad en la Comunitat Valenciana. Y dos de cada tres menores que ingresan en un hospital por razones de violencia proceden de un intento de suicidio.

Lo que más preocupa a las autoridades sanitarias, según recoge un informe oficial de la Conselleria de Sanidad, es el aumento de esta tendencia. En 2012 fueron 46 las hospitalizaciones de menores por intento de suicidio. Un año después aumentaron a 74. Y al año siguiente, en 2014, a 83. Un incremento del 80 % en apenas dos ejercicios.

El informe, titulado «Violencia contra los menores detectada en el ámbito sanitario en la Comunitat Valenciana», pone de relieve el desequilibrio por sexos en este drama rodeado de tabú. Ocho de cada diez menores que intentaron suicidarse eran chicas. En cambio, los fallecimientos por suicidio correspondieron a chicos en ocho de cada diez casos.

Hay otro foco de violencia que destaca entre los menores de edad: los abusos sexuales de los que son víctimas por parte de adultos o de otros menores. Entre 2010 y 2014, el estudio de Sanidad ha hallado 304 menores que presentaban indicadores de abuso sexual a su ingreso en un hospital valenciano. El 63,82% de estas notificaciones corresponden a relatos de abuso sin otro tipo de indicio. El grupo de mayor frecuencia de notificación es el de niños de uno a cuatro años. Se constata un descenso de las notificaciones por abuso sexual en los siguientes grupos etarios. En todos los grupos de edad hay un predominio del abuso sexual en las niñas (75,6%) respecto a los niños, que se intensifica a partir de los 10 años de edad.

Una tendencia global

En el caso de los suicidios, el autoenvenenamiento con sustancias sólidas o líquidas es el método más utilizado (82 %) para el intento de suicidio juvenil. Le siguen los instrumentos cortantes y punzantes, el salto desde un lugar elevado, y son casi testimoniales los intentos de ahorcamiento, estrangulación y asfixia o la sumersión. Eso, en cuanto a las tentativas. Por lo que respecta a los suicidios consumados, los métodos empleados cambian y predominan el salto desde un lugar elevado y el ahorcamiento o estrangulamiento.

La Organización Mundial de la Salud ha alertado del incremento global de las autolesiones con intenciones suicidas o no. Azucena Díaz, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil, advierte del «efecto contagio» que puede estar calando. «La mayoría de estas chicas han aprendido esta forma de canalizar las emociones por contagio de otras amigas o por lo visto en las redes sociales», dice.

Estigmatizado

Frente a la tendencia ascendente en intentos de suicidios, Azucena Díaz reclama que es importante «establecer modelos de prevención basados en la formación de profesionales relacionados con los menores y crear programas de intervención directa con menores. Y hablar de ello. Que deje de ser tabú. Porque ahora sigue siendo un tema tabú».

En España, añade, «está muy estigmatizada la psiquiatría y sigue pesando el poso católico. No se cuentan los suicidios, pero eso no significa que no existan. Luego no hemos de sorprendernos de que las muertes por suicidio superen a las de accidentes de tráfico como primera causa mortal entre adolescentes».