Hay un artículo especializado de Francisco Calero, catedrático emérito de Filología Latina de la UNED, que analiza el papel del humanista valenciano Lluís Vives ante la Reforma luterana. El filósofo humanista, coetáneo de Lutero y referente del erasmismo, tuvo una postura cambiante con respecto a Lutero. En un principio no se interesó por ella. «No me preocupo mucho de qué hacen Lutero y Reuchlin o de cómo son atacados, de si vencen o son vencidos, de si triunfan o son derrotados: a mí no me importa», dijo Vives en una carta del año 1520 dirigida a su amigo F. Cranevel.
Pero Vives «después intervino activamente proponiendo soluciones a la disensión cada vez más acentuada entre Lutero y la Iglesia católica», sintetiza el profesor Calero, que pone de relieve una paradoja: «Lo que son las cosas. Poco después de escribir Vives en contra de Lutero, era él mismo acusado de luterano con motivo de la publicación de su De subventione pauperum».
La tierra de Lluís Vives fue también la de uno de los artífices de la Contrarreforma en la diócesis valentina: el patriarca Juan de Ribera, que luchó con ahínco contra los postulados de Lutero y cualquier desviación. Hoy, la estatua de Lluís Vives preside el claustro de La Nau. En el edificio de enfrente, el colegio de Corpus Christi, el claustro lo domina la estatua del patriarca Ribera.
