No es mucho más que una anécdota con resonancias a capità moro, pero la actual relevancia del personaje y el fondo que irradia la hacen digna de ser rescatada. Era el año 1992 y un grupo de periodistas valencianos recorría Estados Unidos para asistir a un congreso internacional de prensa turística. La expedición llegó a Atlantic City, en Nueva Jersey, y fue conducida a un lujoso hotel que pertenecía al entonces magnate Donald Trump, hoy presidente electo de Estados Unidos.

Como recordó el periodista Rafael Brines en un artículo en este periódico, les fue servido un completo desayuno. Cuando ya prácticamente habían acabado, se levantó Donald Trump, cogió un micrófono y anunció a sus huéspedes que se tenía que marchar. Pero antes de abandonar la sala, soltó una frase en español con fuerte acento americano: «Y ahora tomen y pidan todo lo que quieran, que pago yo», según recuerda Brines casi un cuarto de siglo después.

«Nos sorprendió con una frase que más bien parecía la de un nuevo rico sin base cultural y social», asegura el veterano periodista, antes de apuntar que «las carcajadas fueron inmediatas y sonoras» en el salón. «Fue un farol que se marcó», dice Brines, «propio de un personaje pintoresco, que por ser muy rico puede alardear de eso: 'Que pago yo'».

A aquel viaje asistieron los periodistas valencianos Rafael Brines, José María Cruz Román, José Soler Carnicer, Victoria Salinas, Antonio Pérez Sanchis, Esteban Gonzalo Roger o Miguel Aparici. Confirmar la otra versión sería imposible: Trump no recordará nada.