El centro administrativo 9 d'Octubre de la Generalitat Valenciana, en el cual se encuentran las oficinas de diferentes conselleries está desde hace semanas siendo objeto de una «reforma», o más bien un añadido, en su fachada. Parece ser que las famosas torres que nacieron del esqueleto de la vieja cárcel de la ciudad no son nada fácil de limpiar en su exterior, y de hecho según ha podido saber este diario, hace ya mucho tiempo que sus ventanales no se limpiaron o incluso hay quien apunta a que nunca conocieron el agua y el jabón. Un simple vistazo a las cristaleras sirve para hacerse una idea.

El motivo es tanto su altura como su falta de un vallado cerrado que invite a limpiar sin necesidad de arneses, reforzando la seguridad de los operarios. La Generalitat, en concreto la conselleria de Hacienda ha tomado la decisión de colocar una especie de rejilla, a modo de balcones entre la famosa «segunda piel», es decir las lamas decorativas, y los ventanales. Tal y como fueron diseñadas y construidas las grandes torres, entre los cristales y la cubierta hay un suelo pisable que en algunas plantas es de rejilla metálica y en otras un cristal grueso.

Sólo una barandilla

Con esta estructura se puede salir fuera para realizar las labores necesarias de mantenimiento tanto de los cristales como por ejemplo de las maquinas de aire acondicionado. Incluso hay cables de acero, llamados «líneas de vida» en algunos puntos más complicados para que los técnicos puedan trabajar enganchados con mosquetones.

El problema viene del «vallado» de esta zona, que se limita a una barandilla rectangular sin cerramiento. Dado que en su momento la obra logró todos los certificados de seguridad, la limpieza se podría hacer, pero requiere de personal especializado y equipamiento extra de seguridad, como los citados arneses.

Curarse en salud

Según ha podido saber este diario, la Generalitat Valencia se ha comprometido con la empresa encargada de la limpieza a mejorar la seguridad, e insisten fuentes del gobierno autonómico que no se trata de que haya una falta de seguridad sino de aumentarla aún más. De esta forma también se ahorrarán costes y complicaciones a la hora de desarrollar las labores de mantenimiento. Daba miedo por ejemplo que lo útiles empleados como cubos pudieran caer al vacío y causar daños personales o materiales, dado que si caen desde un piso alto podría ser muy peligroso para los viandantes.

Es más bien una manera de curarse en salud, si bien ha supuesto un coste añadido al diseño inicial y en breve la fachada mostrará unas rejillas que si bien no llaman demasiado la atención sí modifican la idea estética y traslúcida de origen.

Esta rejilla ya existía en las esquinas para facilitar el encaje de las cestas de los bomberos para casos de emergencia. En alguna torre posterior, ya se han instalado en la práctica totalidad de las plantas y ahora se está realizando en la que tiene su entrada en la avenida 9 d'octubre, donde hay colocados unos andamios de protección.

Está previsto que esta modificación de la fachada esté lista a finales de este mes.