La rebaja del listón electoral al 3% es una reclamación histórica de los partidos de izquierda valencianos, también del PSPV, que figura incluso entre los objetivos del pacto del Botànic.

El 3 % permitiría igualar el listón al de la mayoría de autonomías y también al régimen electoral general y daría más posibilidades a la izquierda en las elecciones autonómicas.

Con el porcentaje en el 3%, Esquerra Unida del País Valencià hubiera obtenido cuatro diputados en las últimas elecciones autonómicas, de forma que habría agrandado la victoria de la izquierda y hubiera abierto otras opciones de pactos. Por contra, con ese porcentaje de votos para acceder a las Corts, el PP hubiera perdido tres diputados.

Casos dramáticos para formaciones que se han quedado fuera de la representación parlamentaria por porcentajes mínimos los hay y son muy llamativos. El más reciente es el de Esquerra Unida en las elecciones autonómicas de 2015 cuando después de una intensa labor parlamentaria y de denuncia de casos de corrupción quedó fuera de la Cámara con el 4,6 % de los sufragios emitidos en el conjunto de la autonomía. También el Bloc, la formación mayoritaria de Compromís, conoce perfectamente esa sensación. Y por partida doble. En las elecciones autonómicas de 2003 logró el 4,7% con 114.122 sufragios. Insuficientes para lograr representación en el Parlamento valenciano. Cuatro años antes, en 1999, registró el mismo resultado: 4,7% y 106.119 votos.

Por eso, la barrera del 5 % se ha convertido históricamente en una pesadilla para las formaciones da la izquierda del PSPV, que son las que más problemas han tenido para alcanzarlo. Para el Bloc, el 5% fue clave en la necesidad de buscar aliados para acceder a las Corts y está en el origen de de Compromís, con la unión del Bloc y un sector de EU.