El Ministerio de Educación ha cedido ante la presión de las autonomías y la mayoría de la comunidad educativa retirando de las reválidas de Bachillerato y ESO las cuestiones que más rechazo han levantado. Así, en el examen final de Bachillerato que sustituye a la selectividad sólo entrarán las asignaturas troncales generales de segundo curso, lo que supone que los alumnos no tendrán que examinarse de Filosofía de primero. El otro punto más polémico era el carácter generalizado de la prueba final de cuarto de ESO, que ya no tendrá carácter universal pues únicamente se aplicará en una muestra de centros educativos que designen las autonomías.

El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, señaló ayer que este cambio «va en la línea con lo que nos ha pedido la comunidad educativa y muchos grupos parlamentarios, es un gesto y un paso que da el Gobierno hacia el Pacto Nacional por la Educación».«Tenemos que sentarnos, tenemos que hablar y yo creo que es algo que tenemos que hacer y espero que consigamos. Es un paso para abrir la puerta, creo que es positivo y espero que así lo sea», ha insistido.

Estas son las dos grandes bazas del nuevo proyecto de Real Decreto-Ley de medidas urgentes para la ampliación del calendario de implantación de la Ley de Mejora de la Calidad de la Educación (Lomce) que el ministro llevará a la conferencia intersectorial con los consejeros autonómicos del próximo lunes 28 de noviembre.

El borrador confirma que la reválida de 2º de Bachillerato será muy similar a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) finiquitadas por la Lomce, tal como reclama el conseller de Educación, Vicent Marzà, y sus homólogos de las otras siete autonomías en las que gobierna el PSOE en solitario o en coalición (Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura). Una demanda que también han hecho suya la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) e incluso autonomías presididas por el propio Partido Popular, como Castilla y León.

Precisamente el ministro y los rectores se reunieron ayer para abordar la reforma de la reválida de Bachillerato. Tras el encuentro, el presidente de la CRUE, Segundo Piriz explicó que dicho examen final se basará en un sistema «lo más parecido posible» al de la antigua Selectividad. El rector de la Universidad de Extremadura añadió que la prueba de Bachillerato constará de seis exámenes, todos ellos de asignaturas troncales del currículo de segundo de Bachillerato. Cuatro de ellos puntuarán sobre 10, mientras que los otros dos servirán para subir la nota hasta 14, aunque todos ellos serán obligatorios.

Siete exámenes obligatorios

En el caso de la Comunitat Valenciana y el resto de autonomías con lenguas cooficiales, a estos seis exámenes se tendrá que añadir un examen más, puesto que la Lomce establece claramente que «la materia Lengua Cooficial y Literatura recibirá un tratamiento análogo al de la materia Lengua Castellana y Literatura». Es decir, que la asignatura Valenciano: Lengua y Literatura de segundo es una asignatura troncal general a todos los efectos, por lo que los estudiantes de la Comunitat que no estén exentos de estudiar la lengua propia harán siete exámenes.

Piriz, por otra parte, se mostró convencido de que el nuevo formato no afectará al «distrito único» que permite que cualquier estudiante de cualquier comunidad autónoma pueda optar a una plaza en universidades de todo el territorio español. Además, ha asegurado que las pruebas no van a ser «ni más fáciles ni más difíciles» que las que se venían haciendo con el antiguo sistema educativo.

Si no se modifica el borrador de orden ministerial, el diseño del examen final de Bachillerato que hagan las autonomías deberá evaluar como mínimo el 70 % de los estándares de aprendizaje fijados por el ministerio.

En cuanto a la reválida de ESO, «versará únicamente sobre materias troncales cursadas en cuarto curso», se explica en el borrador. , ya no tendrá carácter censal sino muestral. Así pues, no la deberán realizar todos los alumnos.