«Hemos tenido que subir impuestos y bajar el gasto público cuando no se tenía que hacer porque estábamos en recesión. Ese es el drama de España». Así de claro habla el economista catalán Albert Marcet (Terrassa, 1960). Sostiene que «cuando las cosas van mal es bueno mantener o incluso subir el gasto público y bajar los impuestos, siempre que se pueda mantener un nivel de deuda estable que no explote». «No hay que escandalizarse por tener déficit», afirma.

«Europa -prosigue- nos obligó a introducir recortes y el problema con la austeridad es que en España no se ha hecho ningún esfuerzo para ver de dónde se tenía que recortar». Esta falta de reflexión al aplicar la tijera ha sido otro grave error según Marcet porque en nuestro país existe una «brutal ineficiencia en el gasto público».

Así, el investigador asegura que «la ineficiencia está más presente en la Administración central, que es la que menos ha recortado» y el coste del ajuste «lo han pagado las autonomías» en sanidad, educación y servicios sociales. Mientras, el Gobierno central «sigue con un déficit enorme, pues lo único que se ha hecho es posponer su ajuste».

Añade que «en el CSIC y las universidades hay catedráticos y profesores que a sus 50 años nunca han investigado, por lo que aquí hay mucho que recortar». «Es triste que después de tanta austeridad no haya ninguna mejora en la investigación en España, pues el dinero no se gasta en gente joven superpreparada que no encuentra ninguna plaza».