«Erre que Erre que Erre» hasta erradicar la violencia machista. Este es la nueva campaña que el Consell Escolar Valencià inicia para concienciar a los estudiantes sobre la violencia contra la mujer. El nombre de la campaña, que se presentó ayer, es un juego con las iniciales del lema «REpensem les RElacions, REpresentem altres REalitats», bajo el que se engloban acciones que unen educación, cultura e igualdad.

La campaña enseñará a los jóvenes a detectar «micromachismos» a través de talleres de teatro-fórum. Las acciones de este año surgen -como explicó ayer Encarna Cuenca, la presidenta del Consell Escolar Valencià-, tras comprobar que «nuestro alumnado no es consciente de los 'micromachismos' que tenemos enraizados».

El conseller Vicent Marzà incidió en la necesidad de que se trate de forma transversal la violencia machista y no sean «actuaciones aisladas de un profesor o un grupo de profesores», ya que es «la punta del iceberg de las desigualdades». Por esto, los centros educativos cuentan con el Plan de Convivencia para prevenir, atender y erradicar la violencia; actividades y talleres sobre nuevas tecnologías; coordinadores en igualdad; una convocatoria de ayudas a proyectos de innovación educativa; y la formación que se ofrece a los profesores.

Pero además de esto, la campaña también es «un ejemplo de trabajo coordinado entre las instituciones» porque esto «afecta a todos y todas», apuntó Maria Such, la directora general del Institut Valencià de la Dona. Such anunció ayer que es «más que necesario afrontar esta problemática desde la base: la educación», y anunció que la campaña del curso pasado «No me toques el WhatsApp» continuará.

Asimismo, el Institut también ha creado dos aplicaciones móviles ya disponibles.

En la presentación de «Erre que Erre que Erre», que tuvo lugar ayer en el Centre del Carme, también estuvieron presentes el secretario autonómico Miguel Soler, que apuntó que concienciar a los jóvenes es «un trabajo a largo plazo, no de uno, dos o tres años»; Alberto Ibàñez, secretario autonómico de Igualdad, que destacó la necesidad de crear «nuevos imaginarios colectivos y nuevas masculinidades»; y Conrado Moya, técnico del Síndic de Greuges, que puso como objetivo de la institución que los jóvenes la conozcan y sean ellos quienes denuncien, lo que ahora ocurre en escasas» ocasiones.