La enmienda estrella de Podemos a los presupuestos autonómicos tiene como fin combatir la pobreza farmacológica, una de las lacras cuya erradicación el partido morado considera que ha de ser uno de los objetivos de la legislatura. Aparece incluida también en la renovación del Pacte del Botànic.

Podemos es el socio externo del bipartito (no forma parte del gobierno autonómico, pero apoya sus políticas como firmante del pacto programático) y sus enmiendas las ha negociado con el conseller de Hacienda, Vicent Soler, y los titulares del resto de departamentos. Significa que, en teoría, las que ha registrado deberían salir adelante con los votos de PSPV y Compromís.

A diferencia del año pasado, el de los primeros presupuestos del cambio, la formación que lidera Antonio Montiel ha optado por presentar sus propias enmiendas, no conjuntas con los socios del Consell.

La referente a la pobreza farmacológica se refiere a la primera fase para la erradicación de este fenómeno, aparece dotada con ocho millones de euros en 2017 —habrá que ver si finalmente se reduce para que pueda ser aprobada— y sus beneficios son personas con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional según disponibilidad presupuestaria.

Fuentes de la formación aseguraron ayer que este problema es una de sus grandes preocupaciones desde que llegó a las instituciones. El asunto está de plena actualidad estos días tras publicar Levante-EMV que el copago obliga a costear las medicinas a una mujer que trabaja solo tres horas a la semana.