Más de 200 personas de 18 países participan, junto a 50 organizaciones, en el Encuentro Euro-mediterráneo de la solidaridad con personas refugiadas (Solimed) que se celebra desde ayer en las instalaciones de La Petxina, en Valencia. Las jornadas durarán hasta mañana domingo „e incluirán conferencias, mesas redondas, talleres y presentación de libros e informes„ y contarán con la participación de dirigentes políticos, representantes de las entidades que trabajan con personas migrantes, expertos en relaciones internacionales, investigadores, abogados y catedráticos, entre otros.

Pero este no es un encuentro aislado, ni mucho menos. La iniciativa parte del grupo parlamentario europeo de Podemos, Grupo de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica que lleva más de dos años trabajando para que Europa reaccione ante una crisis que «no es de refugiados, es humanitaria». Por ello, tras las jornadas celebradas en Bruselas a mediados del mes de octubre „denominadas «Solidacities»„ Valencia acoge ahora un programa de conferencias y mesas de debate para «mejorar la coordinación entre la sociedad entre la sociedad civil y los gobiernos locales en materia de atención humanitaria». Sin embargo, no son los gobiernos locales quienes tienen competencias para actuar. Es más, cuando la Generalitat Valenciana planteó el traslado de 1.200 refugiados en un barco desde Grecia hasta Valencia, el Gobierno central lo rechazó y se lo impidió. Sin embargo, uno de los promotores de Solimed „el eurodiputado Miguel Urbán„ asegura que hay un elemento a tener en cuenta, y que también se debatirá en las jornada: la desobediencia. «Ante la injusticia y el incumplimiento de la ley, a las instituciones, los ayuntamientos y la sociedad civil solo nos queda la desobediencia. No podemos caer en la trama de las competencias porque se están vulnerando los derechos humanos. Europa no está cumpliendo la ley así que se puede plantear la desobediencia como una opción real», asegura Miguel Urbán, tras recalcar que las políticas de austeridad marcadas por Europa «devalúan los derechos sociales y generan un sentimiento de escasez. ´No hay para todos´ así que no pueden venir. Y no se trata de la cantidad, sino del reparto».

Tras la amenaza de Turquía

Miguel Urbán, además, defiende una postura de «rebeldía» contra la idea «de que no se pueden realizar cambios políticos sino cambia el Gobierno. Pues no podemos esperar así que tendremos que empezar a cambiar las políticas sin cambiar al gobierno y eso se hace presionando y todos unidos. Instituciones, ayuntamientos y sociedad civil».

Respecto a la amenaza de Turquía de abrir las fronteras tras la petición del Parlamento comunitario de sus pender las conversaciones de adhesión del país, Urbán afirma que «el pacto firmado con Turquía ni está firmado ni es legal porque lo único que se hizo fue un cambio: derechos humanos por control de fronteras. La externalización de las fronteras no es la solución».