Otra de las personalidades valencianas que conoció a Fidel Castro en primera persona es la exministra de Cultura Carmen Alborch. La representante socialista narró ayer a Levante-EMV los diferentes encuentros oficiales en los que departió con el «Comandante», al que definió como «una de las personalidades más carismáticas que he conocido en mi vida. Era una persona muy seductora en las distancias cortas, alguien excepcional, muy afable, muy cariñoso...».

La primera de las citas contó con un acompañante de excepción: el escritor colombiano Gabriel García Márquez: «Estábamos en una cena en la embajada y 'Gabo' me dijo que Fidel nos podía atender en su casa en ese momento, nos fuimos enseguida. Con Castro era así, él te avisaba, no había nunca nada cerrado en el protocolo. Siempre teníamos que esperar a que él eligiera el momento». Alborch destaca las virtudes del líder cubano como gran conversador: «Era alguien que dominaba los temas, se notaba que sabía de lo que hablaba. Cuando le replicabas, te contraargumentaba sin problemas. Cuando le denunciabas la desigualdad en Cuba te daba mil y una cifras de otros países en los que la gente estaba mucho peor».

La representante socialista visitó la isla caribeña en un programa de intercambio cultural con España y recuerda aquellos episodios con gran emoción: «Pude ver de primera mano el amor del pueblo cubano por la cultura. Una de las iniciativas era un intercambio de obras literarias y la gente podía acceder a los libros que llevamos. Caminaban kilómetros para ello, verlo era muy emotivo».

La portavoz del PSPV también recuerda que recibió críticas por aquello: «Algunos medios conservadores fueron muy negativos, pero siempre dijimos que nosotros íbamos a ayudar al pueblo cubano, era algo que teníamos claro. Uno de los lemas que consensué con Felipe González fue 'La cultura es libertad'... hacíamos lo que había que hacer». En otras ocasiones, Castro recibió a la exministra en su Palacio Presidencial: «Fueron encuentros más oficiales», expone.

La lista y la corbata

La exministra también comentó que uno de los temas de los que debatió varias veces con Castro fue el de los presos políticos: «Siempre decía que no había personas en esta situación en Cuba. Yo viajaba a la isla para conocer el pueblo y también tuve entrevistas con portavoces de la disidencia. Tras una de ellas volví a encontrarme con Fidel y le regalé una corbata que llevaba dentro una amplia lista con los nombres de todos los presos políticos que había en la isla. Cuando la vio al principio se quedó un poco parado, me dijo que era un tema en lo que yo había puesto mucho interés y se la dio a alguien de su equipo. Salió de la situación y al minuto ya estaba entablando una conversación normal». Carmen Alborch también se dio cuenta de que Castro no perdía detalle alguno de lo que pasaba alrededor: «En una de las veces me dijo que seguramente había trabajado mucho, que no había podido cambiarme de traje en todo el día. Era alguien excepcional, la verdad».