Los fraudes económicos, junto a las amenazas y coacciones, suponen casi nueve de cada diez delitos cibernéticos denunciados en España durante el último año. En concreto, del total de 60.154 hechos conocidos a lo largo de 2015 -que aumentaron un 20% respecto al año anterior-, los fraudes y los casos de amenazas suponen 50.976 de los hechos denunciados. Luego, a mucha distancia, se encuentran los delitos sexuales, contra el honor y la propiedad industrial o intelectual, entre otros. En este estudio sobre cibercriminalidad en España elaborado por la Subsecretaría de Estado de Seguridad (dependiente del Ministerio del Interior), Madrid (10.095), Valencia (con 4.017) y Baleares (3.025) encabezan la clasificación por número de delitos denunciados. Delitos bancarios, de compraventa de artículos a través de internet y hechos relacionados con amenazas o delitos contra la integridad moral y la propia imagen a través de redes sociales son las principales denuncias.

El tipo de delitos varía poco con los años, aunque aumentan ante el incremento del uso de internet y de las redes sociales. Pese a las investigaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, apenas un tercio (32,2 %) del total de los casos denunciados acaba por esclarecerse, mientras que la cifra de detenciones o imputaciones es aún más baja, un 9%, según el Ministerio del Interior.

El fraude económico es el «rey» de los delitos cibernéticos. «En los últimos diez años, el 99% de los ataques a los ordenadores tienen un mismo objetivo: conseguir dinero de forma directa, robando datos bancarios o información personal», asegura Herve Lambert, product manager del área de Consumo de Panda Security, quien subraya que uno de los problemas más habituales y preocupantes son los ataques de «ransomware», un programa informático malintencionado que restringe el acceso a determinados archivos del sistema de la víctima y que pide un rescate para recuperarlos. Desde la empresa española recomiendan:

-Contar con una buena protección

-Tener actualizado el software

-Realizar copias de seguridad frecuentes de los documentos

-Activar el doble factor de autenticidad en todas las cuentas de redes sociales o correos electrónicos.

«Los virus y otras amenazas no dejan de crecer de forma exponencial. En nuestra empresa detectamos unos 250.000 ataques diarios de media, lo que supone unos 92 millones al año. Para verlo en perspectiva, hace apenas 15 años, sólo conocíamos unos 25 millones de ejemplos de software malicioso» apunta Lambert.

«Ha sido víctima de un fraude»?Los conocidos hackers, se han convertido en una versión actualizada de los clásicos ladrones. «Hemos pasado del típico robo en el cajero automático a los fraudes en internet, un mundo a veces demasiado desconocido», señala Javier Serrano, director de IT Control & CISO del Banco Sabadell.

Las entidades bancarias, ante los millones de ataques dirigidos hacia sus clientes, han implementado dos tipos de medidas de seguridad: las visibles, como las tarjetas de claves para acceder a la banca online; y la invisible, las que permiten ofrecer seguridad sin que el cliente lo perciba como una molestia. «Ahora, en torno al 95% de los intentos de fraude de cuentas bancarias los detectamos antes de que el cliente se entere. La seguridad invisible es más efectiva y sobre todo influye menos en la usabilidad», continúa Serrano. En esta línea, cada vez resulta más habitual que un usuario reciba una llamada en la que le avisan de un posible delito cibernético: «Hemos detectado una compra sospechosa, por el artículo adquirido y por la hora en la que se tramitó la operación». «¿Compró usted ayer un videojuego a las cuatro de la mañana? Nos extraña, porque usted no habitúa a comprar esos productos ni a hacer operaciones a esas horas...». Conversaciones telefónicas como esta suelen acabar con la víctima denunciando un intento de fraude ante la Policía y, posteriormente, con la entidad bancaria devolviendo la cantidad «sustraída» a su cliente.

Para evitar ser víctima de un fraude económico a través de internet o de un posible caso de amenazas, coacciones o delito sexual, los expertos coinciden a la hora de pedir «sentido común» y dejar a un lado la confianza. «¿Es suficiente la contraseña que he puesto?, ¿es necesario dar tantos datos a través de las redes sociales?, ¿qué tengo que tener en cuenta si guardo mi información personal en la nube? o ¿sé qué está haciendo mi hijo en internet?». Éstas son algunas de las preguntas que desde la Oficina de Seguridad del Internauta invitan a hacerse, por ejemplo, para evitar el reciente caso de un menor de Torrevieja que gastó 100.000 euros en Google por error, sin el conocimiento paterno.

«Hay medidas básicas de autoprotección que dificultan en gran medida la labor de los ciberdelincuentes, como establecer claves de seguridad adecuadas, no abrir correos que se consideren sospechosos o desconocidos, desconfiar de los chollos en las transacciones de compraventa, no fiarse de los ofrecimientos de tipo sexual recibidos por internet o supervisar, acompañar y orientar a los menores en el uso de internet», aseguran desde la Guardia Civil y la Policía Nacional, que alertan de la proliferación de un nuevo delito sexual a través de internet: sextorsion. «Consiste en acceder a una página de contactos donde, tras ganar la confianza de la víctima, se obtienen imágenes íntimas, siendo grabado y posteriormente extorsionado para el pago de una importante cantidad de dinero bajo la amenaza de difundir las imágenes entre sus contactos», explican desde la Policía. Los delitos con un componente sexual, en cualquiera de sus versiones, siguen siendo los que más preocupan a los cuerpos de seguridad. Sobre todo si afectan a menores, como el gromming o el sexting, sin olvidar los casos de acoso en el ámbito escolar, como el ciberbullying o el ciberbaiting.

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Hombres y niñas, las principales víctimas

El último anuario de la Subsecretaría de Estado de Seguridad informa de que los hombres son mayoría entre las víctimas y también entre los detenidos por cometer delitos cibernéticos. En el fraude económico, el 58% de las víctimas son hombres, frente al 55% en casos de amenazas y coacciones y apenas el 33% en delitos sexuales. Sin embargo, entre los menores, la mayoría de víctimas de delitos en general son niñas. Para intentar reducir estos delitos, la Policía y la Guardia Civil organizan charlas en colegios para transmitir los peligros de la red y, sobre todo, del ciberbullying, una de las realidades que más preocupan por las consecuencias en los menores.

En el otro lado, la gran mayoría de los detenidos por delitos en internet son hombres (75%), con el principal pico en delitos sexuales, donde el 97% de los delincuentes son hombres. Por edades, tanto las víctimas como los responsables del delito suelen estar entre los 26 y 40 años, seguidos de la franja anterior de edad, de 18 a 25 años.

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Cuidados con los relojes y pulseras

Los expertos piden cautela en el uso de dispositivos móviles, sensores biométricos y en general todos los dispositivos denominados «wearables», junto con las «app» que se instalan en el móvil, ya que en ocasiones no llevan por defecto la configuración de seguridad más recomendable. Por este motivo, terceras personas pueden acceder a la información que estos dispositivos almacenan, sabiendo en qué lugar se encuentra la persona en cada momento e incluso su estado de ánimo. Los expertos en seguridad recomiendan revisar las opciones de privacidad.