La línea ferroviaria entre Valencia y Zaragoza que pasa por Sagunt y Teruel, construida a finales del siglo XIX, aún sin electrificar y con trenes a diesel, con cinco horas de trayecto para pasajeros y unas ocho horas y media para mercancías, va a recibir una inversión de 50 millones de euros del puerto de Valencia para erradicar todos los puntos negros que ralentizan la circulación, según anunció ayer el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia ante los presidentes de la Generalitat y del Gobierno de Aragón en el Palau.

Después de décadas de olvido del Gobierno central para la adecuación de esta arteria que depende del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y pasa por territorio valenciano y aragonés, el puerto de Valencia ha decidido dar un paso al frente. Con dinero de su Fondo Financiero de Accesibilidad Terrestre Portuaria, el puerto se ofrece a corregir los trece defectos más graves y urgentes detectados en la línea en tramos que obligan a circular a 20 o 30 kilómetros por hora por la sinuosa orografía del terreno (que obligó a curvas cerradas y fuertes pendientes en su origen) y debido a los accidentes que ha ocasionado la falta de mantenimiento: problemas en trincheras, estado de terraplenes o inconvenientes en la vía.

Aurelio Martínez, presidente del puerto, justificó esta inversión en una infraestructura que es propiedad de Adif y que atañe en gran parte a un territorio no valenciano con una razón: no tiene sentido que la mayor plataforma logística de España, situada en Zaragoza (Plaza), y el puerto de Valencia como foco de recepción y envío de mercancías, mantengan una conexión ferroviaria propia del siglo XIX y más lenta que en los años treinta por las restricciones de velocidad fijadas por motivos de seguridad.

La eliminación de los puntos negros que prevé la intervención del puerto de Valencia supondría la reducción del tiempo del trayecto. Un tren de mercancías de Zaragoza a Valencia, pasando por Teruel, tarda entre siete y diez horas, con una media de ocho horas y media. El tiempo es variable porque a veces hay que parar si llueve, por seguridad, en algunos puntos. El tiempo ahora se quedará en dos horas menos: seis horas y media.

Las obras que ayer anunció el puerto de Valencia permitirán la circulación nocturna, ahora prohibida por seguridad. Así pues, podrá utilizarse la vía las 24 horas del día. Pero más que el acortamiento de la duración del viaje o el uso nocturno de la vía, el puerto de Valencia pone énfasis en la que será la mayor ventaja que comportarán las obras: «La garantía de fiabilidad de llegar a la hora prevista, algo fundamental para el transporte de mercancías» y que ahora es imposible de prever. «El puerto quiere que no le fallen los trenes con la mercancía que esperan sus consignatarios y transitarios», añadieron las mismas fuentes.

Para pasajeros, el tiempo fluctúa entre 4.50 y 5.15 horas en función de los vagones que lleve el convoy o el número de paradas del trayecto. La reducción del tiempo del viaje para pasajeros dependerá de si Renfe cambia los trenes.

Presión política a Fomento

La inversión está avalada por Puertos del Estado, según anunció Aurelio Martínez, y ahora necesita el visto bueno del dueño de la infraestructura: Adif. En este sentido, el presidente valenciano Ximo Puig y el mandatario aragonés Javier Lambán aseguraron que van a mantener «una reunión conjunta con el ministro de Fomento para que Adif ayude a que se materialice lo más rápidamente la obra». No hay previsión de plazo para la adecuación.

Puig afirmó que «no es razonable que la tercera y la cuarta ciudad de España no estén conectadas por ferrocarril», y criticó que la electrificación de la línea «continúa sin ser realidad prácticamente después de un siglo». Lambán, agradecido por la apuesta del puerto, subrayó que esta obra es el mejor ejemplo de la necesidad de superar la España radial por una España con infraestructuras en red.