«Tenemos lo que tenemos, ni más, ni menos... Estamos en un país del sur de Europa, con poca inversión en Educación y con un sistema educativo que apenas ha evolucionado en el tiempo, con lo que estamos como nos toca en comparación con Francia, Italia y Portugal». Este es análisis del presidente de la Sociedad de Educación Matemática de la Comunitat Valenciana Al-Khwarizmi (Semcv), Onofre Monzó, de los resultados de PISA 2015 en cuanto a competencias y habilidades matemáticas en los jóvenes de 15 años.

Con un rendimiento medio de 486 puntos, el nivel de matemáticas de los adolescentes españoles es ligeramente inferior al de Italia (490), Portugal (492) y Francia (493). El Ministerio de Educación presenta el crecimiento de dos puntos de España con respecto al informe PISA de 2012 como algo «nunca antes visto» al quedar «prácticamente a la altura de la media de los países de la OCDE (490)», que ha bajado cuatro puntos en tres años.

Un avance al que Monzó, profesor de Matemáticas en un instituto público, resta importancia. «Seguimos como estábamos, pues cuatro puntos arriba o abajo en una escala de 1.000 no va más allá del 0,4 %, y por tanto no es significativo ya que esa distancia se te va sólo en la variabilidad de la muestra», añade.

Explica que PISA «no es una prueba sobre los contenidos curriculares de 4.º de ESO, sino que mide la habilidad y competencia del alumno en aplicar a problemas de la vida cotidiana los conceptos aprendidos a lo largo de su formación». Además, incide en que la prueba se pasa a los alumnos con 15 años, «independientemente del curso en el que se encuentren».

Esto último, recalca Monzó, «es un problema» que lastra los resultados de PISA en España, y particularmente los de la Comunitat Valenciana, que con 485 puntos son los sextos peores del Estado. El sistema educativo español es el noveno de los 72 que evalúa la OCDE con mayor tasa de repetidores, pues casi uno de cada tres alumnos han repetido al menos un curso de Primaria o de ESO.

Monzó insiste, que si únicamente se tienen en cuenta los resultados de los alumnos que están en el curso que les corresponde por edad «nuestros resultados en Matemáticas están muy por encima de la media de la OCDE».

Invertir en educación

«¿Cómo se soluciona el problema de los repetidores?», se pregunta. «Con dinero, invirtiendo más en educación, no hay otro camino», subraya. Y pone como ejemplo a Finlandia, con un nivel de 511, «donde si un alumno tiene problemas se le pone un profesor de refuerzo desde el primer momento hasta que se engancha al grupo».

El segundo obstáculo para Monzó es que «aunque el currículo ha cambiado con las reformas, y se establece que la resolución de problemas y las competencias deben ser el eje de la asignatura, los libros de texto son los de siempre, teoría más ejercicios, pues las editoriales siguen haciendo lo mismo».

Además, critica, que los currículos de ESO «son inabarcables y poco adaptados a las necesidades de la vida cotidiana». «Si comparamos el tipo de pruebas PISA con lo que se hace en clase, veremos que no se parece en nada», lamenta.

Por todo ello, Monzó, además de reclamar más dinero para educación insiste en que «hace falta un cambio metodológico en la enseñanza de las matemáticas e invertir más en formación del profesorado, algo que ha desaparecido en los últimos 15 años».