Si hace tan solo un año los cazadores de l'Albufera festejaban una tirada histórica en la que se habían superado todas las expectativas, el pasado fin de semana no hubo motivos para celebración alguna. El pedrisco, las tormentas y las fuertes lluvias dilapidaron las opciones cinegéticas del pasado sábado, en el que se inauguraba la temporada de «tiraes» en los cotos de l'Albufera, que se había aplazado una semana por la falta de agua en el lago.

Estos condicionantes meterológicos fueron claves en la «floja» tirada registrada en Silla, tal como la calificó José María Ríos, jefe de guardas del Vedat de Silla. «Era de esperar por las condiciones meteorológicas. Ha habido un cambio muy brusco y hemos pasado de tener un nivel muy bajo de agua a tener demasiada. Si no baja el nivel, las aves no tienen dónde descansar», explica Ríos, que añade que la media capturada por puesto en Silla fue de entre 20 y 30 piezas, aunque en algunos solo se obtuvieron dos o tres.

Sin embargo, el presidente de la Sociedad de Cazadores de Sueca, José Badía, esgrimía otros motivos para los flojos resultados de esta primera tirada: «El pedrisco y los relámpagos de los últimos días espantaron a las aves, e incluso aparecieron bastantes gaviotas, garzas y patos muertos por culpa de la piedra», aseveró. Además, Badía insistió en que este mal tiempo provocó que muchas aves continuaran con su migración y no se detuvieran en los «tancats» valencianos.

En el acotado nuevo de Sueca, el puesto que consiguió abatir más piezas tan solo alcanzó las 34, mientras que en el Vedat Vell del Matoll hubo un puesto con 60 unidades abatidas y otro con 74.

Mientras, en Cullera hubo tres replazas que superaron las 50 piezas, pero la mitad de ellas apenas llegaron a las 20. Precisamente en Cullera hubo quejas de un nutrido grupo de cazadores, que consideraron que se vació el agua del acotado demasiado pronto.

«No perdemos la esperanza»

Pese a que lo habitual es que la primera tirada sea la mejor de la temporada „que continuará los próximos seis sábados hasta el 14 de enero„, los cazadores mantienen la esperanza de que en las próximas jornadas el tiempo mejore y puedan abatir más piezas. «No perdemos la esperanza», añadió Badía.