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Inteligencia

Curiosidad, humor ácido y sin grupo: ¿y si es superdotado?

La asociación Mensa cierra en Alboraia una cita con 260 personas con altas capacidades que animan a los adultos a averiguar si su inteligencia es elevada

Curiosidad, humor ácido y sin grupo: ¿y si es superdotado?

Si tiene una curiosidad desbocada, muy por encima de lo normal. Si su sentido del humor es muy ácido. Si en esta vida se ha sentido desplazado al estar en grupo porque sus temas de conversación nunca estaban presentes. Si se dan estas tres circunstancias tal vez usted sea un adulto superdotado y no lo sepa. Son los indicios, las pistas, que pueden conducir al descubrimiento de un rasgo oculto de la propia personalidad, según describe Carlos Cejudo, el presidente de Mensa. Es una asociación internacional de personas con alto cociente intelectual que ayer concluyó en Alboraia un congreso de tres días organizado para hablar de inteligencia artificial y de otras cuestiones de su interés. «No es para hablar de nosotros», precisa Carlos.

Son 2.100 miembros en toda España y, a diferencia de los numerosos colectivos más enfocados a los superdotados menores de edad, Mensa focaliza sus esfuerzos en las altas capacidades durante la edad adulta. Porque, aunque muy pocos se paren a reflexionarlo, los niños superdotados se hacen adultos y pasan a ser adultos superdotados, tal vez más invisibles todavía que cuando eran pequeños y destacaban entre sus semejantes.

Cuenta Carlos que los superdotados de Mensa quieren «salir del armario». Que les gustaría ir borrando más deprisa el cerco que han dejado tantos años de tópico y cliché: el superdotado como raro, como tímido, como persona extraña y asocial que no sabe relacionarse, con problemas en la escuela. «A veces hay casos que sí pueden asemejarse a este perfil, pero hay de todo», subraya el presidente español de la asociación. A él, por ejemplo, le encanta el fútbol. Le divierte hablar de fútbol una y otra vez. Muchos le preguntan cómo es posible, siendo superdotado, que hable de fútbol. El tópico todavía sigue incrustado.

Una prueba online

Según explica Carlos, es útil conocer aunque sea tarde que uno es superdotado. «Te permite explicarte muchas cosas de tu juventud que no habías entendido», dice. También te abre el círculo social a otras personas que pueden ser similares a ti, con inquietudes, formas de ser o experiencias compartidas. En el encuentro de Alboraia han participado unas 270 personas.

Para ello, han puesto a disposición de aquellas personas que quieran saber si son superdotadas un test online. La prueba (cuesta diez euros para pagar a su creador) ofrece un resultado bastante orientativo sobre las capacidades de inteligencia que uno tiene. Luego, si el usuario lo desea, puede realizar la prueba presencial definitiva que le permitiría ingresar en la asociación Mensa, fundada en Inglaterra en el año 1946 y presente en medio centenar de países con más de 120.000 miembros. Se llama así por la mensa («mesa» en latín) en alusión a la mesa redonda del Rey Arturo, como símbolo de que es un club cuyos miembros son iguales en derechos y obligaciones.

Para pertenecer al club es necesario estar en el percentil 98 o mayor en una prueba de cociente intelectual. Es decir: se ha de superar la inteligencia media del 98 % de la población. Eso equivale a una puntuación de 132 de cociente intelectual en la escala Wechsler. «Es una de cada cincuenta personas: ¡tampoco es tanto!», indica Carlos. Puede ser. Lo que sí parece mucho es lo de José Beltrán, un experto en juegos de rol y gran aficionado a las lenguas extranjeras que ya va por los 15 o los 16 idiomas aprendidos. Es solo uno de los miembros de Mensa que ha estado en Alboraia, cada uno con una historia detrás y con muchos tópicos que derribar.

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