Federico Félix, presidente de Proave y vicepresidente de Ferrmed contaba ayer escandalizado que a un empresario, presente en el acto, le pedían cuatro mil euros por llevar un camión de naranjas a Berlín y confesaba que a ese precio el valor de los portes superaba al de la carga. Por ferrocarril llevar la misma carga a Berlín vale 1.000. euros. En Ford, los costes logísticos son superiores a los laborales y llevar a Europa un modelo de baja gama podría ser inasumible.

Los empresarios aseguran estar pagando unos sobrecostes «impresentables» y están convencidos que incluso dentro de la «provisionalidad» que representa la opción del tercer hilo, por el que apenas podrían pasar en horario nocturno 8 o 10 trenes, tienen «la absoluta seguridad» de que desde el primer instante habrá trenes de mercancías en el corredor, tantos que el ministerio «no tendrá otra» que seguir haciendo grande el pasillo con la construcción de una doble plataforma.

Los agricultores de Pulpi, en Almería han propuesto al ministerio construir su propia terminal y se comprometen a situar en las vías cinco trenes diarios de 750 metros con su producción hortofrutícola.

El problema del corredor no es de demanda, sino de capacidad: ¿Por dónde pasarán todos esos trenes cuando lleguen a Serrería?