La Policía Nacional trata de esclarecer la muerte a tiros de María del Carmen Martínez y parece que tiene claro que la víctima fue asesinada por un sicario que utilizó una pistola con silenciador y que el móvil tiene un trasfondo económico. La incógnita a resolver es quién contrató al asesino. Tras arrinconar la hipótesis del robo, la Policía centra sus pesquisas en el entorno íntimo de la víctima y en los negocios de la familia Sala en Suramérica.
Las disputas familiares tras la muerte del expresidente de la CAM situaron en un bando a las tres hijas de María del Carmen y en el otro a su hermano con el respaldo de la madre, quien además de su participación en el grupo empresarial tenía la llamada acción de oro para ejercer el derecho de veto de cualquier operación en las sociedades de la familia. La madre cedió dicha acción en favor de su hijo en caso de fallecimiento, pero las hijas recurrieron el acuerdo y en noviembre el Registro Mercantil les dio la razón.
El proceso aún no está concluido pero el enfrentamiento era claro y la fallecida tenía una cita con un notario una semana después de ser asesinada. La Policía trata de aclarar si estas disputas familiares han podido desencadenar el crimen o bien el origen del encargo está en Sudamérica. Allí la familia Sala opera en varios países y la Policía trata de aclarar si se ha producido alguna desavenencia empresarial que haya motivado este asesinato. Estas son las principales hipótesis de los investigadores.
