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El pacto del Botànic sigue blindado

Las conflictos internos no hacen mella en el acuerdo para la estabilidad del Consell

Los roces entre los socios del Botànic y los problemas internos que arrastra cada uno de ellos no ha influido en la gobernabilidad del Consell. De hecho, el pacto que hace año y medio hizo posible el cambio de color político en la Generalitat se ha renovado recientemente, aunque su presentación formal está pendiente. El bipartito ha atravesado por momentos delicados (la elaboración de los presupuestos fue uno de ellos) e incluso ha generado problemas en la gestión, pero la ruptura nunca ha estado encima de la mesa. De hecho, desde las cúpulas del PSPV y Compromís se hacen esfuerzos para intentar que las rencillas no malogren el acuerdo. La relación personal entre el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, es una de las claves.

Tras las generales y la formación de Gobierno en Madrid, Podemos ha aumentado la presión sobre el Ejecutivo, pero en ningún momento se ha planteado dejar caer el gobierno. La formación morada ya no llama a la puerta del Consell para entrar en la gestión, lo que ha evitado en 2017 un reajuste y una nueva convivencia a tres que podría haber sido complicada.

Dado que ya no hay que hacer hueco a un tercero (al menos de momento), la presión para abrir una crisis de Gobierno ha cedido. En todo caso, podría producirse un nuevo ajuste en el segundo escalón. Hay mucho malestar interno con decisiones de cargos de la cuota de Els Verds.

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