Un nombre en valenciano, inédito, preferiblemente corto, que pueda permanecer en el tiempo, que favorezca la vertebración del territorio y con proyección más allá de lo local. En esos parámetros ha de situarse el nombre de las nuevas radio y televisión valencianas.
El concurso para bautizar el nuevo ente (naming en jerga mercantil y publicitaria), aprobado ayer por el consejo rector de la nueva Radiotelevisió Valenciana (RTVV), tiene una dotación de 5.000 euros. No es mucho, si bien la empresa o el profesional elegido podría embolsarse otros 35.000 euros si gana también la convocatoria para el desarrollo posterior de toda la identidad corporativa.
El pliego de condiciones tramitado ayer no marca más limitaciones al margen de las señaladas sobre el nombre, que en la anterior RTVV giró siempre alrededor del Nou, por la fecha de la diada valenciana: de Canal 9 y Ràdio 9 a solo Nou en la etapa final, antes del cierre.
La convocatoria conjunta es doble. Por un lado, está el concurso únicamente para la propuesta de una marca, dotado con 5.000 euros. Por otro, se invita de forma paralela a las empresas de comunicación y publicidad a presentar sus portfolios e historiales sin más, de forma que el consejo rector seleccionará a tres.
Este proceso con dos vías se extenderá de veinte a treinta días desde la publicación de la convocatoria. Después, las tres firmas dispondrán de 45 días para ofrecer una propuesta de imagen corporativa a partir del nombre escogido. Tendrán que aplicarlo a logotipos, redes sociales, animación, papelería, etc. Cada una de las tres cobrará 5.000 euros por este trabajo. Después, la elegida final percibirá 30.000 euros por el desarrollo real y completo de la identidad corporativa.
En total, el concurso sumará así 50.000 euros de gasto, una cantidad que, según fuentes del consejo rector, se ajusta a «precios de mercado». Lejos no obstante de lo que gastan las grandes cadenas estatales en en cambios de imagen corporativa.
Los miembros del órgano rector de RTVV serán los jurados en este proceso, aunque pedirán opinión externa a expertos y colegios del sector del marketing y la comunicación.
El ente no quiere perder tiempo y su intención es publicar la convocatoria en el Diari Oficial antes de fin de año. Si no, sería inmediatamente después del 6 de enero. A partir de ahí, no habrá nombre hasta un mes después. Para el desarrollo completo de la imagen corporativa habrá que esperar unos dos meses más.
La vieja RTVV siempre giró su identidad alrededor del concepto «nou», con más de un significado: una fecha clave en la historia del territorio valenciano (el 9 d´Octubre) y «nuevo». En sus últimos años de vida, la televisión intentó combatir la pérdida de audiencia y presencia pública con dos renovaciones de imagen. Una, en septiembre de 2010, en la que simplificó el logotipo, dejándolo solo en un «9» sobre sólo fondo rojo.
Tres años después, con Rosa Vidal al frente, el lavado de cara fue más drástico y el tradicional Canal 9 se transformó en Nou, sin más. Del rojo se pasó a un azul «mediterráneo». Ese último cambio, que poco antes del corte de las emisiones (29 de noviembre de 2013), fue realizado por los propios grafistas de la casa para ahorrar.
A la espera de la demanda
Por otra parte, el consejo rector de la nueva Corporació Valenciana de Mitjans está a expensas de la ampliación de la demanda del ERE anunciada por CGT. El sindicato aseguró ayer que el proceso sigue su curso y, si bien no tiene confirmación de su letrado de que se haya formalizado ya el trámite, presentará los papeles antes de que finalice hoy el plazo reglamentario.
La ampliación de la demanda supone que la nueva RTVV pase a ser una de las partes denunciadas. Por ello, el consejo rector quiere fijar una posición propia ante el nuevo contexto judicial.
Casi 1,4 millones para poder emitir en alta definición
El consejo rector de la nueva RTVV aprobó ayer definitivamente el contrato para la renovación de los sistemas necesarios para la puesta en marcha de la multicontinuidad de la televisión. Se trata, como ya informó este diario, de modernizar todo el equipamiento técnico para poder emitir en alta definición, algo que es imposible con el material tecnológico heredado del viejo Canal 9: ya estaba obsoleto en buena parte en el momento que el Consell de Alberto Fabra decidió la desconexión. El contrato tiene un valor de 1.150.000 euros sin IVA (en total, casi 1,4 millones de euros). La nueva televisión empezará a emitir sin el nuevo equipamiento.
