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«Maena», una producción valenciana

El cine saca el glaucoma de la cueva

La directora Paloma García afronta la realización de la tercera película de la asociación, tras abordar el lupus y la mastocitosis

El cine saca el glaucoma de la cueva

«Maena» es (o será) una película que gravita en torno a una contradicción: si en el dossier sobre el filme se apunta que «la protagonista es la enfermedad», la directora asegura que «la enfermedad no será nombrada en ningún momento». La paradoja guarda relación con la realidad de la dolencia que se sitúa en el centro de la película, el glaucoma. Siendo una de las principales causas de ceguera es, a la vez, «una enfermedad muy desconocida», describe Paloma García, la directora al frente de «Maena».

García es una de las figuras visibles de la asociación Peloki de Almàssera, fundada hace cuatro años por ella misma junto a dos compañeras más y con una doble finalidad, social y cultural, que se sacia en proyectos como «Maena». Esta será su tercera película -«aún no sabemos si un corto, medio o largometraje, el presupuesto dirá», apunta la cineasta-, después de experiencias como «Se vende varita mágica» y «Contando estrellas», títulos que abordaron el lupus y la mastocitosis.

«Maena» apenas es un embrión. El 25 de noviembre grabaron un teaser con el que pretenden cautivar a los mecenas. Cuenta García que ya se ha interesado la Obra Social La Caixa. En el átomo de película que ya ha sido rodado, la directora ha condensado el espíritu de la película: la acción se sitúa a mediados del siglo XX y la protagonista es Maena, una niña con glaucoma que vive en una cueva, refugio impuesto por sus padres ante unos síntomas de la dolencia entonces indescifrables (fuertes dolores de cabeza, vómitos o pérdidas de visión). En la gruta aparece un día un grupo de niños del pueblo, en busca de la «niña invisible»... y ahí frena el relato la directora, que solo se recrea en el tono del filme: «Es una historia entre la realidad y la fantasía sobre una mujer que recuerda su infancia; ella no lo concibe como una enfermedad, sino como un don».

La escena se rodó en el Estudi Martí de Moncada, que utiliza una cueva natural como plató. Respecto al elenco, cuenta García, «a todos les afecta directa o indirectamente la enfermedad». A la propia protagonista, Sofía Giménez (10 años), le diagnosticaron glaucoma el año pasado, una enfermedad que heredó de su madre Sonia, quien a su vez ha aportado el testimonio con el que trabajó la directora. «Al rodaje vino la delegada en Valencia de Agaf (Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares), a la que sorprendió cómo habíamos captado los síntomas», relata García. Ese es, precisamente, uno de los objetivos del filme: «Que el espectador se sensibilice al sentir esos síntomas».

El origen del proyecto se encuentra precisamente en una gala para Agaf en la que participaba Peloki. Con un deje de optimismo, García dice que espera empezar a rodar en la primera mitad de 2017.

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