El primer juicio a la trama Gürtel por el amaño de contratos en la Conselleria de Turismo para la Feria Internacional de Turismo (Fitur) quedó visto para sentencia el 14 de abril de 2016. Nueve meses después sigue sin conocerse el fallo. A pesar de que es muy esperado porque será la primera sentencia en dictarse sobre el caso Gürtel (que estalló en febrero de 2009 y que ha removido los cimientos del Partido Popular). Y porque las penas condenatorias o absolutorias que se decidan influirán en la actitud de los cabecillas de la trama (Francisco Correa, Pablo Crespo, Álvaro Pérez o Cándido Herrero) en el resto de piezas que quedan por juzgar y en las que también están imputados.

Pero el fallo se retrasa por la falta de medios con la que los magistrados de la sala de lo civil y lo penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) afrontan la redacción de la sentencia. Un detalle muy revelador es que la abundante documentación aportada a la causa se ha de consultar «página a página, porque no se pueden hacer búsquedas en los documentos en formato PDF», según confirman fuentes del TSJCV a Levante-EMV. Y no es una cuestión baladí ya que la base documental es la que suele utilizarse para fundamentar el fallo ya que, salvo algunas testificales, las declaraciones realizadas durante el juicio suelen ser escasamente relevantes a la hora de dictar sentencia, según explican fuentes jurídicas.

Así que la redacción de la sentencia está resultando altamente laboriosa para el magistrado ponente, Carlos Climent, que ha sido eximido durante algunos meses de participar en deliberaciones sobre los recursos que recibe el TSJCV, como tribunal de última instancia, para poder afrontar el trabajo de redacción de la sentencia de Fitur.

A estas «complicaciones técnicas», se unen los problemas informáticos que sufrió el TSJCV «durante la primera semana» en la que comenzó a redactarse la sentencia. Y el traslado de la letrada de la Administración de Justicia asignada a la sala de lo Civil y lo Penal que cesó una vez terminado el juicio, junto los funcionarios adscritos a la sala que se sabían la causa al dedillo.

De la mayoría de los documentos aportados a la causa, que ocupan 6.000 gigas de memoria, existe una especie de índice u «hoja de ruta» para saber en qué tomos buscar la información necesaria. Aunque es el dato concreto el que se ha de buscar «página a página» para saber el folio en el que están, según explican fuentes del TSJCV. De ahí que la redacción de la sentencia se prolongue ya nueve meses y no haya fecha concreta para conocer el fallo.