En el mismo lugar que hace veinte meses, el Jardín Botánico de Valencia, pero con una temperatura bien diferente, los tres partidos que sostienen el Gobierno de la Generalitat han firmado esta mañana la renovación del Pacte del Botànic. De rescatar a las personas, base del pacto de junio de 2015, a hacer énfasis en la transformación del modelo productivo. Es la filosofía central de los 201 puntos del documento firmado ante el Umbracle del Botànic por los líderes de PSPV, Compromís y Podemos-CV.

El presidente de la Generalitat y secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, ha incidido en lo que supone de renovación de "la esperanza del cambio", pese a que la situación encontrada tras "veinte años de 'desfeta' popular" ha sido "mucho peor" de la que se pensaba.

La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, ha calificado el nuevo acuerdo como "más ambicioso", una ampliación tras los objetivos cumplidos del primero, ha dicho. Ahora el énfasis se pone más en la cuestión económica, después de que el aspecto social haya marcado los primeros meses de gestión. Puig ha destacado en este punto la eliminación de los copagos. Ese impulso social es lo que ha destacado como los más positivo del primer acuerdo. ¿Lo peor? Que el ritmo de los cambios no sea más rápido."Nos gustaría ir más deprisa", ha afirmado el jefe del Consell.

Además de los 201 puntos, el documento, apalabrado desde noviembre pasado y que desde entonces estaba pendiente de firma -Podemos quería ver primero que los presupuestos de 2017 iban en la línea de lo negociado-, incluye un anexo con reivindicaciones al Gobierno de España. La lucha por la financiación y las infraestructuras, principalmente. Oltra ha ofrecido la mano a la oposición y a los agentes sociales para sumarse a esta parte. La oferta incluye al PP, pese a las críticas a la "ruina en diferido" dejada por el antiguo gobierno.

Podemos es el socio del pacto que no forma parte del Consell. Eso implica también una actitud diferente. Antonio Montiel se ha mostrado satisfecho del acuerdo, si bien "queda mucho trabajo por hacer", ha subrayado, y "no renunciamos a un papel parlamentario que supone ser críticos cuando toque".