El caos por la nieve que ha atrapado a miles de conductores en la autovía A-3 durante toda la noche entre Buñol y Utiel comienza a dispersarse. En torno a las 10.00 horas, los conductores que seguían bloqueados entre Siete Aguas y Buñol han podido emprender la marcha.

Alrededor de las 13.30 horas han quedado reabiertos completamente ambos sentidos de la autovía. Según fuentes de la UME, la apertura total se ha dilatado por seguridad al formarse placas de hielo debajo de los vehículos pesados por la nieve acumulada durante toda la noche.

De este modo, se ha permitido el paso de los vehículos ligeros en un primer momento y posteriormente el de los pesados.

Ha sido precisamente el sentido hacia Madrid el que más problemas ha registrado. De hecho, a las 11.15 de hoy aún eran visibles decenas de vehículos atrapados en los carriles de la vía que se dirigen a la capital de España. Tal ha sido la situación que los militares de la UME, que junto a la Guardia Civil y la Cruz Roja han repartido durante toda la noche mantas y bebidas calientes entre los afectados, han tenido que sacar los vehículos prácticamemente uno a uno.

Una noche interminable

La noche ha sido muy larga para las miles de personas atrapadas en sus vehículos desde las cinco de la tarde. El accidente de un camión registrado poco después de las 17.00 horas entre Siete Aguas y Buñol fue una trampa para quienes viajaban en dirección Valencia. La intensa nevada les sorprendió en plena retención, que se complicó también para los que trataban de subir hacia Requena desde Valencia.

Cuando una grúa logró retirar el vehículo y estaban actuando ya las primeras quitanieves, la situación se agravó por la caída sobre la autovía de un cable de alta tensión al que se sumó una segunda torre minutos más tarde, lo que interrumpió definitivamente el tránsito por esta carretera a las 22.30 horas, justo cuando se había abierto un pasillo para la evacuación de los atrapados.

La primera torre eléctrica cayó en Buñol, en el kilómetro 306 y los cables quedaron tendidos sobre los cuatro carriles de ambos sentidos. La situación se repetía poco después con el desplome de la segunda torre en el kilómetro 291, en Requena. Todos los vehículos, muchos de ellos, camiones, pero también varios autobuses de pasajeros y centenares de coches, quedaron varados ya por la nieve en esos 15 kilómetros de autovía quedaron definitivamente bloqueados.

Poco después de las 23.00 el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, anunciaba la activación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) apoyada por 12 máquinas quitanieves para abrir paso y repartir mantas «bocadillos y comida caliente» mientras intentaban despejar la autovía.

Posteriormente, durante la pasada madrugada, se amplió el dispositivo y se elevó a 179 el número de efectivos de la UME y de la Guardia Civil que se encuentran en el lugar. La Unidad Militar de Emergencia ha señalado esta mañana que ha pasado la noche colaborando en el reparto de "mantas y bebidas calientes para 2.000 personas", un dispositivo en el que también ha participado Cruz Roja.

Anoche, a las 22.00 horas, se convocó al Comité Ejecutivo de Coordinación de la Administración General del Estado ante el corte de la A-3, que quedó cortada entre Buñol y Utiel (desde los puntos kilométricos 310 al 280) para turismos y vehículos pesados ante la intensa nevada que había dejado atrapadas a miles de personas, algunas desde las 17.15 horas.

Ante esta situación, Cruz Roja, a petición del 112 Generalitat Valenciana, desplazó dos vehículos, dos todoterrenos y un microbús para apoyar a los conductores atrapados en sus vehículos en esta vía y participar en el desalojo de los conductores entre Buñol y el límite con la provincia de Cuenca, según la organización humanitaria.