Cientos de conductores atrapados, 30.000 familias condenadas a soportar sin luz ni agua las bajas de temperaturas y un sistema de distribición de energía que se ha mostrado extremadamente sensible a las inclemencias meteorológicas, unido a una tormenta política para la gestión de la emergencia, son el balance provisional de un episodio de nevadas, acompañado de una ola de frío menos intensa de lo esperado, al que los meteorólogos dan ya el calificativo de «histórica».

Todavía ayer y pese a la lluvia que siguió cayendo por toda la Comunitat Valenciana y que deshizo parte de la nieve, permanecían cortados unos 90 tramos de carretera a lo largo y ancho del territorio, bien por la nieve o la lluvia acumulada, bien por árboles abatidos por el viento o por la caída de postes y cables eléctricos. Según informó la Generalitat, de los 90 tramos solo tres pertenecen a la red principal: la A-23, Sagunt-Teruel, en el término municipal de Barracas; la N-232 Vinarós-Zaragoza en Morella; y la N-330 (Almansa-Requena). Todavía anoche y al cierre de esta edición, la Unidad Militar de Emergencias UME movilizaba varios vehículos para rescatar a 50 camiones que permanecían atrapados en Barracas.

La jornada arrancó de madrugada cuando la propia UME, junto a agentes de la Guardia Civil, lograban abrir un pasillo en la A-3 por el que pudieron escapar cientos de conductores que habían tenido que pasar la noche en el interior de sus vehículos entre Siete Aguas y Buñol. Muchos de estos conductores mostraban su indignación y arremetían contra las autoridades después de que algunos de ellos permanecieran más de 24 horas atrapados en la carretera.

La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, hablaba de la «excepcionalidad» de la situación, en la línea de lo expresado por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, o el delegado del Gobierno Juan Carlos Moragues, mientras que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se mostraba «preocupado» por lo sucedido y aseguraba que era necesario «aprender» del episodio y de su gestión.

El ministro de Fomento pedía disculpas a todos los afectados al tiempo que se mostraba seguro de que no habría «un uso político» de los incidentes.

Sin embargo, el malestar era evidente entre los viajeros por ferrocarril, muchos de ellos paralizados durante horas a bordo de modernos trenes AVE, y los cientos de conductores atrapados en la autovía A-3. La gestión del temporal fue muy criticada también por sindicatos como el CSIF y la Asociación Unificada de Guardias Civiles de la Comunitat Valenciana, para quienes hubo «falta de previsión».

Según fuentes de Fomento, el número de viajeros afectados ascendió a 4.774 de los que 2.568 eran de la línea AVE Alicante-Albacete-Madrid y 2.206 de la línea convencional Alicante-Albacete-Valencia. A lo largo del día, Renfe pudo reponer a todos los afectados en su destino o devolverlos al punto de partida. Un portavoz de Renfe asegura que hoy volvería la normalidad al tráfico ferroviario.

Ya ayer, alrededor de las 16 horas, era restablecido el tráfico ferroviario en las líneas de Xàtiva a Alcoi y la de Chinchilla-Caudete.

La única línea que sigue cortada es la C-3 entre las estaciones de Buñol y Utiel, por lo que el servicio está interrumpido también para los trenes de media distancia que conectan Valencia con Madrid por esta línea.

Sin luz, agua ni calefacción

Una vez resuelto el problema de los atrapados en la A-3 la atención se trasladó al interior de la comarca de Requena-Utiel, donde todos los municipios, además de otros limítrofes, llevaban sin suministro eléctrico desde la tarde/noche del jueves.

Aproximadamente una decena de torres y tendidos eléctricos habían caído por el sobrepeso acumulado por la nieve helada aunque fue la caída de un conector en la línea de 132 kv que llega hasta Requena desde la zona del embalse de Contreras la que provocó el apagón, unida a a la interrupción de otra línea de 66 kv que llega desde Cofrentes.

La Central Nuclear de Cofrentes apenas se vio afectada aunque tuvo que comunicar al Consejo de Seguridad Nuclear las fuertes oscilaciones que se estaban produciendo en algunas de las líneas de seguridad desde las que se abastece.

En medio de un ambiente gélido, cerca de 32.000 usuarios se quedaron no solo sin electricidad, sino también sin agua o calefacción. La «normalidad» en estas comarcas no volvió hasta cerca de las 22 horas de ayer cuando comenzaron a funcionar los grupos electrógenos de refuerzo e Iberdrola lograba retomar, con el apoyo logístico de la UME, el suministro eléctrico a través de la línea de 132 kv. Sin embargo, los destrozos en las líneas son muy numerosos y los trabajos se prolongarán durante varios días antes de que pueda hablarse de normalidad, sobre todo en los pequeños núcleos rurales. La nieve y el hielo abatió también parte de varias torres de alta tensión, propiedad de Red Eléctrica de España, que transportan la energía hacia y desde otras regiones.

A pesar de que hoy subirán algo las mínimas, los bomberos siguen recomendando extremar las precauciones con las estufas de leña, braseros, chimeneas, etc. Solo en Castelló, los bomberos intervinieron el jueves en 7 incendios en viviendas y edificios.

La nieve deja paso al agua

Poco a poco y a medida que aumentaba la cota de nieve, la lluvia fue ganando protagonismo. Las precipitaciones desbordaron ríos y barrancos. En el Carraixet, en l´Horta, bomberos y policía local intervinieron en el rescate de una mujer que había quedado atrapada en el interior de su vehículo cuando cruzaba este barranco y había sido arrastrada por las aguas. La mujer fue trasladada a un centro de salud y se encuentra en perfecto estado.

Dos conductoras quedaron atrapadas también en una zona inundable situada en un camino entre Alcàsser y Albal. Una de ellas corrió un serio peligro al hundirse su coche aunque pudo salir por la ventana. A lo largo del día se realizaron achiques en lugares como Benicàssim y rescates de conductores atrapados en sus vehículos por inundaciones en Nules y Vila-real.

En Borriana, 40 personas fueron evacuadas desde la zona costera que quedó completamente anegada por las fuertes precipitaciones. Los afectados fueron trasladados al polideportivo de Sant Blai, habilitado excepcionalmente por Cruz Roja para dar acogida a las víctimas de la inundación.

Otras 11 personas, entre ellas tres niños, fueron rescatadas en Nules del interior de viviendas inundadas y de vehículos atrapados por la subida del nivel del agua. Hubo algunos hundimientos de viviendas, también en Nules. Asimismo, en Alcoi, varias familias fueron desalojadas por el derrumbe de una vivienda de cuatro alturas.

La Diputación de Valencia desplazó un quitanieves para evacuar a unos 40 niños y varios profesores que se encontraban aislados por culpa de la nieve en el albergue y centro educativo de Moragete, en la aldea requenense de Casas del Río. Una vez abierta la carretera, los «evacuados» decidieron quedarse un día más, pero la Guardia Civil procedió a desalojarlos por seguridad.

Emergencia nivel 2

El president de la Generalitat, Ximo Puig, decretó ayer el nivel 2 de emergencia en la comarca de Requena-Utiel a causa de los problemas con la red eléctrica. Hoy está previsto que se desplace a Requena-Utiel para comprobar los daños del temporal y certificar la recuperación de algunos servicios básicos, como el agua y la electricidad, que anoche volvían a muchos hogares. Según fuentes de Iberdrola, todavía 13.000 clientes seguían sin suministro.