«Viva la Pepa», gritaban los liberales. «Vivan las caenas», clamaban los absolutistas de 1814 cuando, al regreso de Fernando VII, una masa conservadora desenganchó los caballos de la carroza real para que el pueblo tirara de ella con ominoso entusiasmo. El lema se está reproduciendo, sin reyes ni carrozas pero con un pueblo sufriendo inclemencias, en talleres y establecimientos para el equipamiento del automóvil. Cuatro franquicias establecidas en Valencia y su área metropolitana confirmaron ayer que la demanda de cadenas para los neumáticos se ha desbordado hasta el punto de agotar las existencias de algunos modelos y medidas en concreto. Algunos proveedores ya no pueden continuar sirviendo en algunos casos determinados.

«A tope», así lo resume Sergio, empleado de Feu Vert en Campanar. En su tienda ha vendido entre 40 y 50 juegos de cadenas en lo que va de semana. «El aumento ha sido muy alto. Algunos modelos ya no quedan ni en stock porque los proveedores no pueden servirnos esos tamaños. Como no es zona de nieve, sino de parasoles, muchos conductores se han visto sin cadenas y han venido todos de golpe. Estamos sirviendo lo que podemos», explica.

Tan alta es la demanda que en el polígono industrial de Alfafar se ha vivido un caso curioso. Hay cuatro grandes establecimientos de venta de cadenas. En Aurgi, Salvador cuenta que la competencia ha tenido que recurrir a ellos para comprarles cadenas porque se habían quedado en muchos casos sin existencias de muchas medidas de neumático. «Entre 25 y 30 euros las cadenas textiles y en torno a los 15 euros las convencionales», detalla Salvador. Las fundas textiles para los neumáticos, las más fáciles de montar y desmontar pero cuyo uso suele ser limitado, son las que más se están vendiendo en todos los sitios.

Fuentes de El Corte Inglés, que vende cadenas en Bricor de la calle Colón y en el taller del automóvil de su centro en la Avinguda de França, señalan que se ha notado un aumento de ventas, con «sucesivos pedidos para abastecer toda la demanda». «En algunos casos nos hemos quedado sin determinados modelos, tanto en cadena textil como convencional», añaden.

La nieve también le ha dado el agosto en materia de cadenas a Norauto. En su tienda de la Avenida Peris y Valero, Antonio explica que las ventas se han multiplicado. «Más de cincuenta caadenas solo en esta tienda, y tenemos cinco tiendas más en Valencia», señala. En algunos casos se han «agotado las existencias».

Se ha juntado todo: una zona donde las nevadas han sido especialmente copiosas, donde las carreteras se han visto gravemente alteradas, y donde los conductores no acostumbran a tener cadenas en casa. Pero con las cadenas no acaba todo. Antes de colgar, Antonio aconseja que los conductores no solo compren cadenas. Pide que se pertrechen de otros accesorios para combatir el hielo en los cristales. El negocio continúa.