Tres días después, el paisaje sigue sin recuperarse del «histórico» (así lo han calificado los expertos) temporal de nieve y frío que ha atravesado y paralizado buena parte de la Comunitat Valenciana. Ayer sábado, aún habían unas 5.000 viviendas de la comarca de Requena-Utiel (y también en Los Serranos, como era el caso de Benagéber, y Castelló) que permanecían sin suministro eléctrico, pese a que ya habían pasado más de 60 horas desde que el peso de la nieve derribara los postes, cortando de paso la energía a cientos de bombas hidráulicas que han dejado de llevar agua potable a las casas. Pero este domingo la cifra ya ha bajado de los 1.500 afectados a los 800 que Iberdrola ha confirmado a mitad tarde de este domingo.

Durante toda la jornada de ayer, Iberdrola instaló hasta 23 grupos electrógenos de gran potencia en aquellas aldeas y zonas de la comarca en las que todavía no pueden acceder los técnicos para reparar la avería. Otros 32 „algunos traídos desde Francia„ podrán ser instalados en las próximas horas. Mientras, el presidente de la Generalitat Ximo Puig, durante una visita a Utiel, Requena y sus aldeas, instaba a la compañía a actuar con rapidez y a tomar las medidas necesarias para que estos hechos no vuelvan a repetirse. Allí, el jefe del Consell también anunció la aprobación de un decreto de ayudas para los municipios afectados por la ola de frío y volvió a pedir «explicaciones» al Gobierno por lo ocurrido entre la tarde del jueves y la mañana del viernes en la A-3, donde cientos de vehículos quedaron atrapados por la nieve, la caída de cables de alta tensión y el accidente de un camión. Estas declaraciones tuvieron lugar en plena batalla política tras el temporal que se recrudeció ayer con el PP valenciano calificando de «caótica» la actuación del Consell y el PSOE echando la culpa al delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, y al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. El ministro, por su parte, culpó de lo ocurrido a la «excepcionalidad» de la situación meteorológica y a un «cúmulo de imprevistos» como caídas de torres de alta tensión y los siniestros de circulación.

Y, mientras tanto, el temporal siguió. En el litoral, el fuerte oleaje acabó destrozando parte del paseo de la Casbah, en el Saler, cuyo muro hace de contención para las viviendas. Dos familias han tenido que ser desalojadas por prevención. La cuota de nieve subió en las tres provincias valencianas, y la lluvia borró en muchos municipios la nieve de las calles. Pero numerosas carreteras secundarias de la Comunitat Valenciana permanecían ayer cortadas, lo que no impidió que cientos de valencianos se desplazasen con sus vehículos hacia el interior en busca paisajes blancos y diversión. Castelló, donde el viernes se recogieron más de 100 litros por metro cuadrado, fue a lo largo de la jornada del sábado la más afectada por las nevadas, que obligaron a cortar la circulación en una docena de carreteras y a abrir accesos a pequeñas poblaciones y masías aisladas.