José Luis cumplirá 75 años en abril y tiene un tumor de vejiga. No es la primera vez que se enfrenta al quirófano ni a la palabra cáncer, por eso ha sido más difícil para él y su familia tener que esperar tres meses completos, 90 días con sus 90 noches para ser operado en el Hospital General de Valencia. José Luis será intervenido el próximo 1 de febrero pese a que el tumor se le detectó a finales de octubre. Aún así se siente «afortunado» porque cuando su familia pidió explicaciones en diciembre sobre cuándo le tocaría pasar por quirófano, le aseguraron que aún estaban operando «a las personas que estaban esperando en mayo. Aún hemos esperado poco para lo que hay por ahí», asegura su hijo Pablo.

Y es que la situación de José Luis, pese a la gravedad del diagnóstico, no es excepcional en el Hospital General de Valencia. La media de espera en el centro hospitalario para operarse de un cáncer de vejiga es de 70 días, según confirmaron fuentes del centro que insisten en que están trabajando para «reducir» esta demora que, en principio, solo se da en los pacientes oncológicos de Urología, especialidad en la que la mitad de las intervenciones (56 %) se hacen por problemas tumorales.

«Tumores de baja agresividad»

Desde el centro defienden que casos como el José Luis, con 90 días de espera, se pueden dar ya que este tipo de tumores son «generalmente de baja agresividad» y se siguen priorizando las intervenciones «de aquellos que representan un mayor riesgo».

«Aún así, sigue siendo cáncer y es el segundo que tiene mi padre. Por mucho que nos digan que no es agresivo, no es normal estar esperando tanto tiempo y con miedo a la metástasis», explica su hijo. La odisea de esta familia es la de muchas que tienen al General de referencia.

De su primer cáncer, de próstata, fue intervenido en enero del año pasado, hace ahora doce meses. El verano pasado «empezó a orinar sangre» y a finales de octubre tuvo una visita con el especialista que le confirmó el diagnóstico: cáncer de vejiga. Automáticamente fue incluido en la lista de espera pero le dijeron que se fuera a casa y esperara a recibir una carta.

«En diciembre puse una queja porque me acerqué a preguntar y me dijeron que estaban operando a los de mayo y que serían otros tres meses y que si nos íbamos a otro hospital habría también lista de espera», asegura su hijo. La queja fue diligentemente contestada. «Dentro de los recursos disponibles, hemos de priorizar aquellos casos más graves. Tenga por seguro que hacemos todo lo que está en nuestra mano», firmaba el jefe del Servicio de Planificación, Javier Marco, palabras «vacías» cuando «lo estás pasando mal, te sientes impotente, no sabes qué hacer ni adónde ir y vives con miedo», añade Pablo

Desde el hospital reconocen que no es la situación ideal y que priorizan a aquellos con pronóstico más grave. «El hospital está trabajando por reducir el tiempo medio» de demora que, según concretan, les viene marcado por el número de quirófanos, de profesionales y de camas que tiene el centro, «dado que todos estos pacientes requieren de hospitalización y suelen requerir varias reintervenciones posteriores».

«Y luego dicen que los recortes no matan», critica Pablo.