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Ola de frío

Los vecinos ponen cifras al desastre

En el primer día de apertura de la oficina de reclamaciones en Requena solo unos pocos afectados se acercaron a tramitar las peticiones de indemnización - Las víctimas del apagón piden compensaciones por la comida y electrodomésticos estropeados

Los vecinos ponen cifras al desastre

Los vecinos del extenso término municipal de Requena, con más de 800 kilómetros cuadrados, comenzaron ayer en un lento goteo, como el de la nieve que todavía se derrite en las calles y los viñedos, a formalizar sus reclamaciones en las oficinas abiertas por el ayuntamiento de la localidad y en la de atención al público de Iberdrola. En su ánimo toneladas de insatisfacción por desconocimiento del proceso y la sensación de que no va a ser fácil obtener la compensación que esperan.

El Ayuntamiento de Requena, siguiendo instrucciones de la Generalitat Valenciana, abrió ayer una oficina de reclamaciones en los bajos en los que dispone de un Servicio de Atención y Tramitación (SAT), aunque en las primeras horas fueron muy pocos los afectados que se acercaron hasta allí. La mayoría prefirió acudir primero a su corredor de seguros o a la oficina de Iberdrola buscando «a los que al final van a pagar, si pagan, los desperfectos», aseguraba Juan Carlos, uno de los primeros en llegar al ayuntamiento.

Muy cabreados, pero disciplinados, los afectados se encontraban con una instancia tipo en blanco en la que debían reflejar su pequeña o gran tragedia. Muchos se la llevaron a casa para rellenarla «despacio» y sin presión. En la puerta del SAT no había un cartel que explicara el procedimiento o el número de las mesas puestas a su disposición.

José Camilo Chirivella, concejal de Seguridad Ciudadana, Comercio y Juventud aseguró que el ayuntamiento había puesto tres trabajadores «en exclusiva» para atender reclamaciones relacionadas con la nevada, además de la que canalizaba la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC). El edil recomendaba «documentar lo mejor posible las pérdidas para solicitar la compensación económica».

«Estamos canalizando las reclamaciones para tener más fuerza ante la instituciones y empresas, pero eso no quita para que al mismo tiempo, la gente presente sus reclamaciones al seguro o a Iberdrola, que tienen poder resolutivo», explicó.

La oficina, asegura, estará abierta durante 40 días.

A apenas 500 metros, la oficina comercial de Iberdrola atendía también las reclamaciones. Con los domicilios de los abonados certificaban las horas que habían permanecido sin luz y preguntaban por las pérdidas. Neveras y congeladores en los que se ha estropeado la comida, aunque también proliferan las denuncias por ordenadores y aparatos electrónicos y la de aquellos que esperan que alguien valore «las horas de angustia, sin luz ni calefacción y sin poder salir de casa».

«¿Cuanto calcula usted que había en su nevera?», preguntan. Y los damnificados comienza un relato gastronómico en el que abundan las sobras de marisco de la Navidad y hasta unas pizzas combadas en la descongelación. «¿Cien, ciento cincuenta? ¿150? ¡Adjudicado!».

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