Con 15 años ya se prepara para «dar el salto» y cruzar el Atlántico. Al otro lado del océano, en Estados Unidos, está convencido de que le espera una gran oportunidad, repleta de experiencias por descubrir y conocimientos que aprender. Adrián Martínez Martín tiene 15 años „los 16 los cumplirá en marzo„ y es uno de los 32 valencianos que ha conseguido una beca de la Fundación Amancio Ortega.

Esta beca que se ha otorgado a 500 aspirantes en toda España de los 9.300 que se presentaron en total, le cubre todos los gastos para estudiar el curso que viene primero de Bachillerato en Estados Unidos: el viaje, la escolarización, la manutención y el seguro médico. Vive en la Pobla de Vallbona junto a sus padres y su hermana pequeña, y estudia en el Instituto de Educación Secundaria de San Antonio de Benagéber.

Para ser seleccionado, además de la renta familiar y de tener una nota media mínima de siete en 3.º de la ESO, el joven tuvo que realizar un examen de inglés oral y escrito y una entrevista personal. «Tuve que hablar inglés sobre un tema que elegí y luego me hicieron preguntas en español», explica.

La noticia le llegó de sorpresa hace un par de semanas, confiesa el joven. «No me esperaba que fuera a pasar porque había mucha gente», explica Adrián.

¿Y cuál fue su reacción? «Me quedé parado diciendo: "¿estoy en la lista? ¿Esto ha pasado?", y mi familia exclamó: ¡madre mía!».

«Nunca había pensado pasar tanto tiempo fuera, pero estoy contento. Cuando me acostumbre estaré bien», afirma convencido.

Además, y como es normal, también se muestra «nervioso». «Son diez meses en los que no voy a ver a mis padres, a mi hermana, ni a mis amigos... pero también tengo ganas de llegar allí y ver cómo es todo», confiesa.

Sobre los estudios „ahora cursa 4.º de ESO y allí hará 1.º de Bachillerato„, cree que «no es mucho más difícil que en España ni tampoco muy diferente, solo hay que acostumbrarse al inglés».

«Muy serio y constante»

Fue la madre de Adrián, quien descubrió la convocatoria de las becas de la Fundación Amancio Ortega en internet y preguntó a su hijo si quería apuntarse, a lo que este aceptó. Su padre, Enrique, afirma que su hijo es «muy serio y constante» con los estudios y tiene «una mente muy rápida». «Hay momentos que tienes que decirle que pare un poco, pero es un chaval normal: hace deporte, sale con sus amigos...». De hecho, esas son las aficiones preferidas de Adrián, que practica el tiro con arco.

«Nos da un poco de miedo porque es mucho tiempo, pero a nivel personal sabemos que va a ser muy bueno», afirma el padre. Además, su familia también piensa que esta beca es «una oportunidad muy buena para aprender el idioma y una experiencia muy interesante».

En un futuro, el joven asegura que no sabe qué estudiará. Se aventura por decir que quiere investigar o cursar Medicina, «pero no lo tengo nada claro», matiza. De momento, se matriculará en la modalidad de Bachillerato científico.

Ahora, tienen pendientes reuniones y papeleo con la fundación, para realizar los preparativos y decidir en qué centro y localidad estadounidenses estudiará Adrián.