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Crimen en Alicante

Un trayecto a doble velocidad

La Policía sostiene que el principal sospechoso por el asesinato de la viuda del expresidente de la CAM se dio prisa en llegar a casa para asegurarse de estar acompañado cuando le avisaran del crimen

Un trayecto a doble velocidad

Los movimientos inmediatamente posteriores al crimen de Miguel López -detenido como sospechoso del asesinato de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, en Alicante- recogidos por distintas cámaras de seguridad, han sido uno de los indicios valorados por el magistrado José Luis de la Fuente antes de decretar el ingreso en prisión del detenido. La Policía ha reconstruido los itinerarios del sospechoso desde que se marchó de Novocar a su casa y desde que posteriormente volvió a la escena al ser avisado del asesinato. Según las conclusiones de la investigación, el trayecto de ida se hizo en un lapso temporal de nueve minutos, (de 18.38 a las 18.47), lo que indica que iba conduciendo «a gran velocidad». En su declaración policial, Miguel dijo que iba haciendo una «conducción tranquila». Sin embargo, tras recibir la llamada de la empresa avisándole de lo ocurrido a su suegra, fueron veinte minutos los que tardó en regresar, tras haber pasado unos minutos en su casa. Para los investigadores, Miguel López tenía prisa en llegar a casa para asegurarse de que recibía delante de testigos la llamada en la que le alertaban del asesinato.

Los informes policiales reconstruyen parte de los movimientos que pudo hacer Miguel, tanto con el análisis de su teléfono, como de las grabaciones de la cámara de seguridad de la finca familiar. La Policía señala que durante una hora, desde las 17.48 hasta las 18.48, el teléfono de Miguel no tuvo ni una sola conexión, ni llamadas entrantes o salientes, lo que implica que el móvil se quedó sin batería o que «intencionadamente fue apagado durante ese periodo de tiempo». Las cámaras le grabaron sentado veinte segundos en el vehículo frente al garaje de su casa, en lo que pudo ser el momento en que volvió a encender el teléfono. «Se observa una luz brillante a la altura del volante», dice el informe policial.

En ese momento, recibe un mensaje de una de sus cuñadas diciendo que están las tres hermanas juntas en casa de ésta, sita en otra contrucción dentro de la misma finca, pero que terminarían en diez minutos y no hacía falta que fuera. La Policía señala que, a pesar de ello, Miguel se dirige inmediatamente al lugar, sin llegar a entrar en su casa. Las cámaras le grabaron a las 18.49 corriendo, aunque al llegar a la altura de la vivienda de su cuñada aminoró el paso, «probablemente para no ser visto corriendo», puntualiza la Policía. Los agentes concluyen que Miguel sabía que iba a recibir una llamada sobre las 19.00 horas, momento en que cierra el negocio, informándole de que su suegra había sido tiroteada. «Quería recibir esa llamada en compañía de su esposa para dar fuerza a su coartada», dice el informe. Apaga el móvil en previsión de que los empleados encontraran antes de hora el cuerpo. «Una vez encendido el teléfono y al ver que su esposa no está en casa (...) se persona lo más rápido posible» junto a ellas, dice el informe.

La parada

Las hermanas relataron que, una vez en la casa, recibió una llamada (a las 18.55) que contestó en la cocina y tras la que se marchó a toda prisa y sin despedirse. La Policía señala que las cámaras de seguridad le recogen andando tranquilo y dirigiéndose de nuevo a su domicilio a las 18.59, metiéndose con su vehículo en el interior del garaje, donde permanece alrededor de tres minutos, volviendo a salir a las 19.02, haciéndolo «esta vez sí a gran velocidad». Los investigadores cuestionan esta parada «tras haber recibido una noticia tan trágica» y la explicación que dan es que en ella Miguel pudo aprovechar para deshacerse de algún objeto que le incriminara en el crimen o utilizara esos momentos para lavarse las manos y la ropa, ya que sabía que en el lugar del crimen iba a estar la Policía y se le hacía necesario deshacerse de las pruebas que le pudieran acusar.

Los agentes han detectado contradicciones en el relato de los hechos del detenido con lo que han contado otros testigos.

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