El proyecto para la utilización de cipreses como barrera contra los incendios forestales del extinto departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia pasará hoy a la historia cuando el pleno de la institución provincial autorice la entrega a los ayuntamientos de los 10.000 ejemplares que fueron importados de Italia en 2013.

La diputación envió hace unos meses una circular a los 266 municipios de la provincia ofreciéndoles los cipreses para incluirlos en sus planes de ornamentación y paisajismo, pero con la prohibición de reproducirlos, venderlos o plantarlos en zona forestal.

La distribución de estos ejemplares supone el punto final para un proyecto que surgió con polémica y que pretendía, en el ámbito de la colaboración internacional, investigar el uso de cipreses como barrera contra fuegos.

La idea fue muy criticada, especialmente desde los servicios de extinción de incendios, que negaban la supuesta capacidad «ignífuga» del ciprés.

Con la llegada del nuevo equipo a la Diputación de Valencia, Imelsa fue sustituida por Divalterra y el departamento de Árboles Monumentales, dirigido por Bernabé Moya, fue suprimido pese a su larga trayectoria y su labor en defensa de los árboles.

Según el expediente que hoy se verá en el pleno, el departamento de Árboles Monumentales que dirigía Bernabé Moya, encargó al Instituto para la Protección de las Plantas (IPP) de Florencia alrededor de 10.000 ejemplares de cipreses que fueron depositados en Viveros Herfesa, donde sobreviven 9.784 árboles.

Desde 2013, los árboles han permanecido dispuestos en guías y atendidos por el personal del vivero, que incluso los trasplantó a un recipiente de mayor tamaño.

Divalterra admite ahora la existencia de un gasto que valora en 1,63 euros por ciprés, y acuerda realizar a Herfesa un pago de 16.630 euros sin IVA.

Una auditoria realizada por el Área de Medio Ambiente de Divalterra identificó en el vivero 1.353 ejemplares de cupressus y 8.431 de Cupressus sempervirens , divididos a su vez en otras subvariedades.

Una vez desaparecido el departamento de Árboles Monumentales y abandonado el proyecto de investigación, Divalterra ha decidido ceder gratuitamente los 10.000 ejemplares a ayuntamientos y entidades interesadas en «acercar al ciudadano» el conocimiento sobre este árbol, muy extendido por el Mediterráneo, donde se utiliza desde hace miles de años.

Así, los 8.431 ejemplares de Cupressus sempervirens se distribuirán entre los 107 ayuntamientos que presentaron sus solicitudes a Divalterra.

Según fuentes de la institución provincial, la demanda ha superado a la oferta y finalmente la Diputación ha tenido que prorratear los ejemplares disponibles para ajustarse «lo más posible a la demanda». La recogida, traslado y plantación de los cipreses corre a cargo de los ayuntamientos.

Por otra parte, los 1.300 ejemplares de Cupressus , de 28 especies distintas, se entregaran al Jardín Botánico de Valencia, al servicio de Jardinería del Ayuntamiento de Valencia, la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universitat de València y la Escuela de Ingenieros Forestales de la UPV.

«Una temeridad»

Sobre la cancelación del proyecto de investigación, fuentes de Divalterra destacaron ayer que tanto el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal como el Consorcio de Bomberos, a través del coordinador de extinción, Raúl Quilez, sostienen que asegurar que los cipreses son ignífugos y que, por tanto, podrían destinarse a la reforestación «es una absoluta temeridad».

La investigación, en la que la Diputación de Valencia proyectaba invertir 200.000 euros, contaba con la colaboración de científicos italianos, franceses, argelinos, turcos, etc. en el marco del programa CypFire financiado por la Comisión Europea.